La primera etapa de la Vuelta a Aragón, disputada ayer entre Teruel y Valdelinares, no pudo cerrarse con mejor proyección para el futuro de la carrera. Se temía que la cima resolviera prematuramente el desenlace de la prueba como ocurrió el año pasado en Cerler, pero esta vez queda un cierto margen para que la estrategia de carrera y la incidencia de las bonificaciones procuren un posible cambio en el liderato. El ruso Menchov, ganador de la etapa, lo tiene mejor que nadie pero su exigua renta de cuatro segundos sobre Garzelli, lograda en la asignación de bonificaciones, puede verse comprometida en las cuatro jornadas que restan de carrera. No podemos olvidar al combativo Piepoli ni al prometedor Koldo Gil.

Los cuatro citados cerraron un excelente final de etapa dentro de una manifiesta igualdad de fuerzas protagonizando una escapada en la ascensión a Valdelinares que les llevó a disputarse el triunfo de etapa. Menchov conquistó la cima y la clasificación aunque se mantuvo bastante reservón en la ascensión, pero dejó constancia de su poder cuando Garzelli o Piepoli demarraban. "Tanto Piepoli como Garzelli han estado muy activos y los he visto con fuerzas. En realidad los cuatro corredores que hemos llegado juntos a meta estamos más o menos igual. Veremos qué pasa" señaló Menchov.

LA SAPIENCIA DE UNZUE La labor de equipo, la oportunidad y la climatología (el frío favorece a Menchov) tienen ahora la palabra para romper el orden establecido en Valdelinares. Lo mejor que tiene Menchov, además del excelente estado de forma que presenta, es la sabiduría de su director, Eusebio Unzue, que ha ganado como director esta carrera en seis ocasiones y que conoce el terreno mejor que el patio de su casa. Además cuenta con una formación solvente y tiene a su líder en magnífica condición física. La pelota está ahora en el tejado del Saunier Duval, un equipo más poderoso que el Vini Caldirola de Garzelli o el Lyberty de Koldo Gil.

La etapa se abrió con una escapada madrugadora de Tauler que generó la respuesta de veintiún corredores. La aventura enseguida tomó cuerpo y al paso por Albarracín contaba una diferencia de cuatro minutos sobre un pelotón que decidía no conceder más margen. Entre el grupo de cabeza abundaron los saltos. Primero lo intentó Gutiérrez y más tarde Cabello. El corredor de Kelme coronó la cima de Cabigordo pero fue neutralizado al pie del puerto de San Rafael con el pelotón ya reagrupado tras el buen trabajo realizado por él. En el puerto de San Rafael lo intentaron Karpets, Zárate, Masciarelli y Dueñas pero el grupo no dio concesión alternativa.

ATAQUE DE SERGIO PEREZ En las primeras rampas de Valdelinares intentó la escapada el aragonés Sergio Pérez. Se fue con fuerza pero pronto se le echaron encima Piepoli, Garzelli y todos los aspirantes al triunfo de etapa. Pérez se mantuvo con los mejores y logró cerrar muy bien la etapa entrando en el puesto veintidós. Una vez capturado Sergio Pérez tomó la cabeza de carrera Piepoli, que estiró el grupo hasta quedar fraccionado en varios grupos. Una reacción de Garzelli generó un corte en cabeza con Menchov, Mancebo, Koldo Gil, Ferrigato y Angel Gómez. A cinco kilómetros de la cima volvió a atacar Garzelli pero solamente pudieron responderle Menchov y Pepoli. Koldo Gil, en un esfuerzo supremo, se reunió con ellos un kilómetro más arriba y los cuatro enfilaron la parte final de la escalada soportando un fuerte ritmo impuesto por Piepoli que no pudo despegarse de sus rivales. En el esprint final el ruso Menchov fue el más rápido y su velocidad le procuró la etapa y el liderato. "Ahora me tocará defender. A veces es difícil controlar con viento pero otras veces te favorece, sobre todo si cuentas con un equipo que se desenvuelve bien en ese terreno. Mi equipo está fuerte y confío en ellos", indicó el corredor.