Denis Menchov atesora suficiente calidad en sus piernas como para poder aspirar al triunfo en la Vuelta a España. El corredor ruso del Illes Balears no es un desconocido. A sus 26 años ya ha sido el mejor joven del Tour (2003), carrera que tuvo que abandonar este año por una tendinitis tras atravesar la meta de La Mongie pisándole los talones a Lance Armstrong. Ayer, en la durísima cuesta que conducía a Morella --primera llegada en alto de la ronda española-- nadie pudo seguirle. De este modo se anotó la victoria de etapa.

Poco a poco, empiezan a descubrirse las estrellas de la Vuelta. La cuesta de Morella, un ascenso de apenas dos kilómetros catalogado como puerto de tercera categoría, tenía la suficiente dureza como para que pudieran empezar a producirse las primeras diferencias, aunque sólo fueran en segundos. Y nadie falló, a excepción de Alexandre Vinokurov, que estaba enfermo como su compañero en el T Mobile Santiago Botero, producto de una intoxicación que les afecta desde el martes por la noche. Hasta Joseba Beloki, que ha pasado por algunas dificultades en estas primeras etapas llanas debido a su falta de rodaje, estuvo entre los elegidos, entre los que no fallaron.

TRIO DE FAVORITOS Por ahora, hay tres corredores que parecen con un poco más de chispa que el resto de contrincantes. Son, aparte de Menchov, Alejandro Valverde, que ayer cruzó la meta en tercera posición, y Aitor González, segundo en Morella, quien parece que por fin ha recuperado el toque de pedal que le sirvió para ganar la Vuelta del 2002. Desde entonces, prácticamente desapareció del mapa ciclista, con alguna fugaz aparición, como el triunfo de etapa en Nimes, este año en la ronda francesa.

La quinta etapa recompensó también a Manolo Triqui Beltrán con el jersey dorado de líder, aunque empatado a tiempo con su compañero Floyd Landis, gracias, ambos, a la renta que todavía disponen de la contrarreloj por equipos que abrió la Vuelta el sábado pasado en León.

UNA REACCION EN CADENA El primer contacto con la media montaña provocó una reacción en cadena de los principales líderes, sobre todo durante la ascensión a Torremiró, el puerto de segunda que precedía a la subida a Morella, donde casi podría asegurarse que se atacaron entre todos. Lo hizo Aitor González, pero también Damiano Cunego, el ganador del Giro, y su compañero en el Saeco, Danilo di Luca, el ciclista que está corriendo la Vuelta, porque el Tour le negó la inscripción al tener abierto en Italia un proceso por presunto dopaje.

Hoy, entre Benicarló y Castellón, será difícil que pueda producirse una llegada masiva, ya que a 20 kilómetros de la meta aparece la subida al Desierto de Las Palmas, que, a buen seguro, romperá la tranquilidad del pelotón. La Vuelta empieza a calentar motores ya superadas las primeras etapas llanas de trámite.