Inicia este lunes, mejor tarde que nunca, la decimoséptima temporada en el primer equipo del Barça aquel adolescente que irrumpió a los 17 años en un derbi ante el Espanyol y cerró la Liga con un gol antológico ante el Albacete.

¿Será la última temporada? De momento, es, y ya es mucho. Leo Messi ni siquiera pensaba iniciarla. Deseaba clausurar por anticipado (le queda este ejercicio de contrato) su larga y bella historia en el Barça. La carrera más longeva vigente en un club de fútbol, solo por detrás del portero ruso Igor Akinfeev, que debutó como él, a los 17 años, en el CSKA de Moscú, pero una temporada antes: la 2003-04.

UNA SEMANA MÁS TARDE

Messi llegó a Barcelona en septiembre del 2000 ilusionado con quedarse, pero sin saber si le querrían. En septiembre del 2020 sabe que le quieren (el presidente Josep Maria Bartomeu no ha dejado que se marchara, exigiéndole los 700 millones de la cláusula) pero no está ilusionado con quedarse. Lo hace contra su voluntad, como manifestó el viernes.

Este lunes, sin embargo, volverá a franquear las puertas de la ciudad deportiva de Sant Joan Despí. Solo lo impediría un factor: un positivo en las pruebas PCR para detectar el coronavirus, requisito previo que el capitán azulgrana debía pasar, como establece el protocolo, antes de unirse al grupo, que le aventaja con una semana de preparación.

17 AÑOS DESPUÉS

Ronald Koeman le abrirá los brazos con la misma esperanza que le recibió otro holandés, Frank Rijkaard, que le tuteló y le mimó en sus primeros pasos. Un saludo, el de Koeman, que se producirá con 17 años de retraso. Podía haber estado él en lugar de Rijkaard, en el 2003, si el Barça de Joan Laporta hubiera accedido a pagar su cláusula de rescisión al Ajax, como lo ha hecho ahora un desesperado Bartomeu a la Federación Holandesa para captar a su seleccionador. Pudo haber sido el primero y será el octavo.

Rijkaard llegó gratis y disfrutó de la recompensa de arrancar el círculo virtuoso que Messi ha mantenido girando todo este tiempo. Nadie ha aguantado tanto tiempo en la plantilla como él. Gerard Piqué y Sergio Busquets, los otros más veteranos del vestuario, aparecieron un lustro más tarde.

LA VÍA HOLANDESA

Y todavía siguen, salvados, para aportar experiencia a los veinteañeros que han llegado. Entrará Messi en la sede azulgrana y se encontrará con varias caras nuevas (Pedri, Trincao) y echará de menos otras, mucho más cercanas.

Luis Suárez y Arturo Vidal, dos de los caídos en la política de regeneración iniciada por el club, andan gestionando su marcha a la Juventus y el Inter de Milán. Van al mismo país y se van en circunstancias similares: intentando salvar algo (de dinero) del año de contrato que les quedaba y asegurándose la carta de libertad. Las dos operaciones están a punto de consumarse. Tal vez ni se crucen con Leo en las instalaciones barcelonistas.

Se van dos amigos de Messi que serán sustituidos, posiblemente, por dos holandeses de la confianza de Koeman: Georginio Wijnaldum y Memphis Depay, centrocampista y delantero, igual que Vidal y Suarez.

ENTRE MEMPHIS Y LAUTARO

La primera opción en la posición de nueve es Lautaro Martínez. El Inter lo tiene tasado en 111 millones, un precio inaccesible en medio de la pandemia e inalcanzable para las posibilidades azulgranas, que se ahorra fichas pero anda justo de liquidez. Memphis costaría alrededor de 25 millones, según algunas fuentes, pese a ser el lider del Olympique de Lyon. Le queda un año de contrato. El 28 de agosto, en la primera jornada de la Liga francesa, ante el Dijon (4-1) marcó tres goles e intervino en el cuarto.

"Si Memphis Depay se queda en el Lyon esta temporada seremos más fuertes. Pero, como muchos de mis jugadores, si tiene la oportunidad de jugar en un club construido para ganar la Champions, yo le llevaría en coche personalmente", dijo Rudi Garcia, el entrenador del Lyon. En Sant Joan Despí le espera Messi para su último año.