Un triplete de Leo Messi resucitó al Barcelona en un clásico grandioso de fútbol, goles y polémica, que acabó con remontada azulgrana para bajar del liderato al Madrid y cortar la racha sin perder de Ancelotti -31 partidos-. Picado en su orgullo saltó el Barça. Con la firme intención de mostrar que a su estilo aún le queda vida y dar vida al cuestionado Martino. Salió por el balón para cargar su último cartucho. Con una superioridad clave en el centro del campo gracias a la presencia de Cesc. Neymar perdonó su ocasión. Iniesta fusiló a la red la suya.

Había aceptado el intercambio de golpes un Real Madrid que renunció de inicio al centro del campo. Juego directo y velocidad pura de Bale y Cristiano. Al ritmo enloquecido de Di María. En el vértigo apareció la figura de Benzema, más matador que nunca. Perdonó la primera, antes del tempranero gol del Barça. Chutó a manos de Valdés la segunda. A las nubes la tercera, con todo a favor tras una brillante jugada del fideo.

Habían dado con el punto débil azulgrana en el partido. Alves fue superado siempre por Di María y tembló cuando se incorporó Marcelo. Solo faltaba afinar la puntería. Messi avisaba con un disparo cruzado que no encontró puerta. En ese panorama también la tuvo Neymar que plasmó en el terreno de juego su pérdida de confianza.

El Madrid se había salvado y le llegó la hora de golpear. Lo hizo con Di María. De la nada inventó un centro medido a la cabeza de Benzema que ya no perdonó. Desataba la locura en el Bernabéu Di María. Nada más ser atendido y recuperar oxígeno, lanzó otra carrera que vio Marcelo y su paso encontró el regalo de Mascherano, que midió mal en su salto, el control perfecto con el muslo de Benzema y el remate imparable con derecha del francés. En 240 segundos había dado la vuelta al marcador el Real Madrid.

Era un castigo excesivo al Barcelona. Otra vez Di María se marchó de Alves y encontró a Benzema. El disparo con la izquierda esta vez encontró un pie de Piqué. Fue cuando apareció Messi para lanzar un grito de fútbol. Cuando peor lo pasaba su equipo pidió la pelota, afrontó rivales, lanzó una pared a Neymar y marcó un tanto psicológico a tres minutos del descanso.

TODO POR DECIDIR Nacía el segundo acto con todo por decidir. Con el Real Madrid retrasando unos metros como estrategia para explotar su velocidad. Así dejó Bale su mejor acción, pero su disparo fue centrado y lo sacó bien Víctor Valdés.

Antecedió a la polémica que siempre acompaña a un clásico. Primero tuvieron argumentos para quejarse los azulgrana. Undiano pitó penalti un derribo fuera del área de Alves a Cristiano. El portugués volvió a poner en ventaja al Real Madrid en un partido enloquecido.

Una genialidad de Messi con un pase increíble entre líneas dejó solo a Neymar. Cuando iba a rematar ante Diego López fue desequilibrado por Ramos en una acción discutida. Penalti y roja. Gol de Messi y empate a tres. 25 minutos por delante de sufrimiento local.

Reculó el Madrid. Salió Varane por Benzema. Se limitó a defender y esperar el final. El empate le valía y acabó perdiendo. A seis minutos del final, de nuevo el genio Iniesta salió de la lámpara. Encaró a Carvajal y fue derribado por Xabi Alonso dentro del área. Segundo penalti y Messi, colocando un disparo en la escuadra, incendió la Liga con un triplete que deja el pulso por la Liga más bonito de Europa.