Chicho de la Fuente es un fondista aragonés de toda la vida. El atleta veterano está curtido en mil batallas. Ya ha disputado una veintena de maratones y mañana correrá el segundo en Zaragoza como liebre. Será el más rápido y llevará en volandas a los que quieran terminar en tres horas. «He hecho muchas veces de liebre a amigos en la pista. Pero el año pasado Miguel Sola me ofreció hacerlo en Zaragoza y me pareció muy bien. Puedes hacer un maratón y ayudar a otras personas», dice el atleta del Running Zaragoza.

El año pasado también tenía que terminar en las tres horas. «Acabé en 2.59.30. El objetivo es apurar al máximo y acercarse al 2.59.59». Este año también fue la liebre más rápida del Medio Maratón de Zaragoza en 1.24. Con su estado de forma piensa que podría estar ahora en un tiempo de 2.43. «Preparándolo podría estar en 2.38. Mi mejor marca es 2.26 en Asturias en el 2001».

Mañana tiene que ir cada mil en 4.16. «Sé calcular, pero cada tres kilómetros hago un control para no irme de ritmo. Hay gente que se adelanta porque se ve bien y eufóricos y hay que decirles que se tranquilicen, que lo difícil viene a partir del kilómetro 30. Hay que avisarles cuando llegan los avituallamientos. Con un grupo tan grande no se ve fácil y es importante beber. Pero prefiero no molestar, ni gritar en carrera». Espera que comiencen con él un grupo de unos 70 atletas. «El año pasado estaríamos 70 personas. Los cinco últimos me gustaría que hubiera más de 25 fondistas», apunta.

De la Fuente encabezará el grupo de liebres. Después le seguirán con un globo amarillo Óscar Soriano (3.15), Manuel Andrino (3.30), Florian Pazzi (3.45), Javier Casalé (cuatro horas) y Alfredo Labella (4.15). Pazzi es un francés de Avignon. «Es mi primer maratón como liebre. Clavaré el tiempo de 3.45 sin problemas. Lo he entrenado para hacer el tiempo perfecto. Soy muy diesel y mantengo el ritmo hasta el final. No tengo que estar pendiente del reloj». A lo que sí tiene cierto miedo es a la distancia. «Tengo en maratón 3.01. Es mi octava carrera de esta distancia. He corrido en París, Sevilla, Madrid, Valencia y tres veces en Zaragoza», dice el atleta de 34 años. Su ritmo el domingo es de 5.20 cada mil. «Mi fijo en los kilómetros marcados en el recorrido y no en el reloj. Los tiempos de paso me los conozco de memoria», explica el galo.