La llegada de Míchel Sánchez a El Alcoraz como nuevo entrenador del Huesca es inminente. Está muy cerca de concretarse tras días de negociaciones que se encuentran a punto de ser concluidas con la firma del madrileño. Así, el extécnico del Rayo Vallecano será el encargado de dirigir la nave azulgrana en su retorno a la Segunda División con la ambición de lograr de nuevo el ascenso a Primera.

Rubén García, el nuevo director deportivo, estuvo la semana pasada negociando en la capital de España con Míchel para concretar la operación con el entrenador, la primera piedra del proyecto después de la propia llegada de García. El exrayista le ha ganado la partida y la pugna finalmente a Julio Velázquez, la alternativa que manejaba la entidad oscense si la negociación con Míchel fallaba.

El Huesca quiere un técnico de carácter ganador, joven, con hambre y con ganas de destacar en el banquillo, aunque sobre todo que tuviera experiencia y éxitos. Ambas opciones, las de Velázquez y Míchel, encajaban en la filosofía del club altoaragonés ya que los dos han conseguido subir a Primera. El próximo técnico del Huesca (si nada se tuerce) lo consiguió con el Rayo Vallecano en la 17-18 y lo hizo precisamente de la mano del equipo oscense. De hecho, en la última jornada le arrebató el conjunto franjirrojo el liderato de la categoría al Huesca.

Construir un proyecto / Míchel logró salvar al Rayo en la campaña anterior y siguió una temporada más en la que, gracias a un juego vistoso, de perfil ofensivo y del gusto de Vallecas, consiguió subir a Primera con un presupuesto que no era de los más altos de Segunda. En la máxima categoría sufrió y, aunque es una de las personas más apreciadas por la afición rayista, finalmente fue destituido y sustituido por Paco Jémez.

Del técnico madrileño se espera que sea capaz de tener al equipo entre los primeros puestos de la clasificación. El Huesca contará con alrededor de 17 o 18 millones de límite salarial, una cifra que a buen seguro será de las más altas de la categoría. El paso por Primera, además de las diversas inversiones, ha supuesto un empuje económico. Además, está la ayuda al descenso, que estará dividida en dos temporadas.

Sin embargo, Míchel y el club deberán hacer frente a una gran remodelación de la plantilla, ya que serán pocos los futbolistas que se quedarán en la entidad oscense, por lo que es necesaria la construcción de un nuevo proyecto. Gran parte del equipo acaba contrato o se ha encontrado cedido en el equipo azulgrana y, aunque el club quiere intentar prorrogar algunos préstamos, como los de Moi Gómez o Rivera, se antoja muy complicado. Pulido, Ferreiro, Javi Galán, Gallar y Jovanovic seguirán salvo sorpresa, mientras que hay casos especiales con contrato como Melero (el Villarreal sigue teniendo la opción preferente de 4,5 millones), Luisinho (con cláusula de desenganche por el descenso) o Enric Gallego, cuyo buen rendimiento le podría reabrir las puertas de Primera División.

Además, Míchel y la dirección deportiva deberán tomar una decisión con respecto a los cedidos Dani Escriche, Jonathan Toro, Peñaloza, Valera y Bardají. Caso aparte es el de Eugeni, que podría jugar en la élite tras su gran campaña en el Albacete. En definitiva, que Míchel tiene mucho trabajo una vez se concrete su inminente llegada.