Érase una vez el cuento de dos equipos cuyo ser estaba concebido para marcar, preparados a atacar y con la portería como único objetivo, dos equipos llamados Liverpool y Bayern, a los que un duelo en Europa los condenó a tener miedo a buscar el gol y encontrar una victoria que se perdió en las gradas de Anfield (0-0).

La condición de eliminatoria a ida y vuelta en estos octavos de final maniató a ingleses y alemanes y les ayudó, especialmente a los bávaros, a especular con un resultado que lo deja todo abierto para el duelo en Múnich. Jürgen Klopp se llevó la victoria particular de no encajar en casa y Niko Kovac la de que su rival no sacara ventaja de Anfield. Al final, todos, más o menos, contentos.

Los alemanes templaron la temperatura del encuentro y controlaron la salida de ambos conjuntos, llevando la cita a un terreno muy alejado de la locura. Salah, en un escorzo, fue el primero en probar los guantes de Neuer. Respondieron los bávaros con una buena jugada de Gnabri.

Llegó la más clara, en las botas de un Mané que se giró, completamente solo tras un rebote, dentro del área, a escasos metros de la portería. Le pegó desviada con el tobillo. En la segunda parte los ingleses sostuvieron más el balón y el miedo a ganar (y a perder) atenazó a ambos conjuntos.

LIVERPOOL, 0

BAYERN, 0

Liverpool: Alisson; Alexander-Arnold, Matip, Fabinho, Robertson; Wijnaldum, Henderson, Keita (Milner, m.76); Salah, Mané y Firmino (Origi, m.76).

Bayern Múnich: Neuer; Kimmich, Süle, Hummels, Alaba; Thiago, Martínez, James (Sanches, m.88); Gnabry (Rafinha, m.91), Lewandowski y Coman (Ribery, m.81).

Árbitro: Gianluca Rocchi (ITA). Amonestó a Henderson (m.55) por parte de los locales y a Kimmich (28) por parte de los visitantes.

Incidencias: Partido de ida de octavos de final de la Liga de Campeones disputado en Anfield (Liverpool).