Ciclista por necesidad y por devoción, Miguel Vidaurreta es desde hace años el participante más veterano de la Quebrantahuesos y, también, el de mayor edad en correr nunca esta tradicional prueba. Con sus 87 años, Vidaurreta tenía previsto pasar ya esta noche en una autocaravana en la salida y partir hoy junto a su hijo Manu y dos amigos que le harán de gregarios.

Se inició en la bici por necesidad, porque necesitaba un medio para desplazarse a trabajar tras el fallecimiento de su padre, y poco a poco fue adquiriendo habilidad hasta que fue llamado a ser corredor profesional. Otros dos de sus ocho hermanos también lo fueron. Desde que dejó su negocio, Desguaces Vidaurreta, que hoy dirigen sus hijos, no se ha perdido ninguna edición de la Quebrantahuesos.

Vidaurreta, navarro de nacimiento y guipuzcoano de adopción, madruga a diario y, lo primero que hace, es bicicleta estática en su terraza. Después utiliza la bici para desplazarse desde Hondarribia hasta el alto de Gaintzurisketa, donde tiene una gran huerta. Hoy volverá a afrontar los 205 kilómetros y cuatro grandes puertos de la Quebrantahuesos.