La SD Huesca ha vuelto a ejercitarse en doble sesión. Por la mañana, los azulgranas trabajaron con balón, paro también el físico a pesar de que este año “no se ha perdido del todo”, afirmó Mikel Rico, uno de los pesos pesados del ascenso. El equipo ha insistido en este aspecto desde la vuelta al trabajo, en que los jugadores no se han debilitado tanto como en otros veranos y piensan que esto compensará “una pretemporada más cortita”, dijo el mediocentro.

Esta no es la única ventaja del Huesca con respecto al curso anterior. En el 2019 tan solo doce jugadores comenzaron a entrenar en julio, esta temporada son 17 del primer equipo a las órdenes de Míchel Sánchez y ocho del Huesca B. Lo que sí tenía el equipo entre los doce del año pasado eran fichajes, Mikel Rico fue uno de estos, junto a Álvaro Fernández y Joaquín Muñoz. El centrocampista no le da demasiada importancia a que todavía no haya incorporaciones: “vamos con ventaja con respecto al año pasado porque estábamos muy poquitos al inicio, el cuerpo técnico era nuevo y había que empastar todo eso”, afirmó. Ahora, al que venga le harán “sentir del grupo rápido”, una cohesión que les ha llevado “al éxito”, añadió.

Mikel Rico tiene claro su objetivo: “Vuelvo a Primera con casi 36 años, después de un año en Segunda, es la tercera categoría en la que estoy con el Huesca (el centrocampista también fue azulgrana en Segunda División B) y me marco el objetivo de disfrutar mucho. Hay que disfrutar cada año y este más todavía», concluyó.