Durante el mes de enero, un grupo de trabajo dirigido por el servicio provincial del Medio Natural de la DGA, y coordinado por Jesús Egea Andreu, presidente del comité de Agua Dulce de la Federación Aragonesa de Pesca, han emprendido la localización de balsas que necesitan ser vaciadas para realizar repoblaciones en otros embalses que garanticen su supervivencia.

La tarea resulta tremendamente difícil, ya que muchas de estas balsas no disponen de medios de desagüe que permitan mantener los niveles adecuados para una recogida masiva. Se tiene asimismo en cuenta que los lugares elegidos para la repoblación sean escenarios frecuentados por pescadores para realizar actividades de pesca. Otro de los inconvenientes son los lodos de los fondos cuando se baja el nivel de agua, en estas condiciones, los peligros son eminentes pudiendo quedar las carpas y sus rescatadores atrapados en ellos.

Los propietarios o gestores de estas balsas, agradecen la extracción de los peces, que generalmente obstruyen rejillas y les causan problemas cuando tienen que regar, y los pescadores pueden realizar su actividad con mayor satisfacción. Por ello se requiere la colaboración de distintas organizaciones de pescadores, como son los casos de la Sociedad de pesca de Ejea, y Virgen de Violada de Gurrea de Gállego que han ayudado hasta ahora.

Método de estudio

Los trabajos que se realizan sirven también para determinar los crecimientos de poblaciones y conocer su calidad sanitaria, además de las afecciones producidas por las actividades industriales agrícolas y ganaderas. Hasta la fecha se ha realizado repoblados ya en tres escenarios, la estanca del Gancho, en Ejea de los Caballeros, y los embalses de Torrollón y Valdabra, en Huesca. La intención es continuar durante todo el mes de febrero en el Azú del Vado, en Caspe, y en la Badina de Alcañiz.

Jesús Egea considera que esta época es la mejor para acometer estas repoblaciones, ya que se garantiza que los próximos desoves se realicen en los lugares a donde han sido trasladadas multiplicándose los efectos de la repoblación. Sin embargo, el presidente del comité de Agua Dulce no ocultó su preocupación por algunas jornadas "fallidas" en las que sólo se han podido atrapar escasos ejemplares con la consecuente perdidas de tiempo y dinero.

"Tenemos que ser conscientes de nuestras posibilidades, a veces es absurdo tratar de repoblar escenarios que por sus condiciones bióticas, orográficas o climáticas hacen que el resultado del trabajo sea poco satisfactorio", explicó Egea. Pese a todo, desde el servicio provincial del Medio Natural y desde la Federación Aragonesa de Pesca se va a seguir trabajando para que Aragón no sea solo un lugar de Truchas y Siluros.