A dos jornadas del final, el Milan de Carlo Ancelotti o de Silvio Berlusconi, como se quiera llamar, ya que uno es entrenador y el otro presidente, pero ambos hacen la alineación, ganó su 17º scudetto, tras 5 años de espera. Los rojinegros han sido los más fuertes, los más regulares y tienen al pichichi de la Liga, el ucraniano Andrei Shevchenko, que lleva 22 goles. El último, el de ayer, sirvió para hundir al Roma (1-0) y sellar el título.

El Milan ha tenido la confianza, la suerte y la intuición de traerse al brasileño Kaká, la verdadera revelación del campeonato. Una sorpresa para algunos y, para otros, el mayor talento en circulación. Pero el Roma de Fabio Capello no se lo puso fácil y los milanistas han tenido que sumar 79 puntos, una cifra enorme respecto a otros años. El equipo romano siempre ha estado detrás, con la esperanza de que el Milan fallase.

AMPLIA SUPERIORIDAD El Roma nunca ha podido imponerse al equipo milanés, ni en la Liga ni en la Copa. Ayer, en el partido decisivo se vivió en 90 minutos un resumen de lo que ha sido este campeonato. La pareja de oro del equipo local se encargó de poner pronto las cosas en su sitio y, en el minuto 2, Kaka cruzó un balón en el área que remató de cabeza Shevchenko. A partir de entonces, el Roma lo intentó pero no pudo hacer nada para batir a Dida. "Hemos luchado hasta el final pero nunca hemos podido ganar al Milan y ésta ha sido la diferencia", dijo Capello.

La Plaza del Duomo de Milán se empezaba a llenar con miles de aficionados y en las gradas del San Siro, los aficionados de Roma no demostraron un buen saber perder y se dedicaron a tirar petardos, que incluso llegaron a alcanzar al portero milanista Dida y a Gatusso, aunque sin consecuencias. El partido fue interrumpido varias veces.

ANCELOTTI, ORGULLOSO El scudetto rojinegro es, sobre todo, mérito de Carlo Ancelotti y de la vieja guardia . Carletto , como le llaman en Italia, halogrado superar las presiones del presidente Berlusconi y ha construido un equipo con Shevchenko como punta de lanza, apoyado en Kaka y Rui Costa, quizá un bloque menos espectacular pero seguramente más protegido que el Milan que fue arrollado por el Deportivo en la Champions (4-0). "Este campeonato es merecidísimo", dijo ayer el técnico con lágrimas en los ojos.

Ancelotti siempre ha contado con dos grandes veteranos: Paolo Maldini, de 36 años, y Costacurta, de 38, que ayer también estuvieron sobre el campo. "Este es mi séptimo campeonato pero me siento cada vez más orgulloso de ser el capitán de este equipo", comentó Maldini. La alegría rojinegra contrasta con la crisis de la Juve, último campeón, que ayer cayó en casa del Perugia (1-0), en el debut de Saadi Al Gheddafi, hijo del líder libio.