Mireia Belmonte no afloja. Da lo mismo que venga de ganar su primera medalla de oro en un Mundial en piscina larga o que la gripe la asedie durante las noches. La mejor nadadora española de la historia quiere seguir escribiéndola en Budapest y esta tarde nadará la final de los 800 metros libre con posibilidades reales de subir por tercera vez al podio en el Duna Arena de la capital húngara.

Eso se desprende, al menos, del rendimiento que dio ayer en la calificación de esa distancia, en la que una vez fue subcampeona olímpica (Londres 2012) y en una ocasión subcampeona de Europa (2014). Apenas 16 horas después de consagrarse la mejor del mundo en los 200 mariposa, la nadadora badalonesa de 26 años se tiró de nuevo a la piscina para dar una nueva lección de fortaleza y estrategia. Dejó ir por delante a la inabordable Katie Ledecky en su serie y se situó cerca de la china Bingjie Li, controlando sus tiempos de paso para acabar tercera con 8.24.98 minutos, que supuso la cuarta mejor marca de calificación, ya que otra estadounidense, Leah Smith había ganado la otra carrera rápida con 8.21.19.

En definitiva, Belmonte saldrá hoy por la calle 6 con las opciones intactas de hacerse con su tercera medalla esta semana, tras la plata de 1.500 libre y el oro de los 200 mariposa. Y todavía le quedará, mañana, los 400 estilos con los que dará carpetazo a unos Mundiales victoriosos.

JESSICA VALL, OCTAVA

Jessica Vall se quedó lejos de repetir la medalla de bronce (empatada con otras nadadoras) que consiguió hace dos años en Kazán (Rusia) en los 200 braza. La nadadora barcelonesa de 28 años pagó la factura de querer seguir el fuerte ritmo que imprimieron a la final la estadounidense Lilly King y la china Jinglin Shi y esa fuerza gastada es la que le faltó para culminar su tradicional reacción en el último largo.