Tim Henman afronta la prueba más difícil en sus 29 años de vida. El tenista de Oxford inicia la aventura más complicada sobre una tierra en la que hasta este año nunca se había sentido seguro. En las anteriores ocho participaciones no había pasado nunca de tercera ronda en sus visitas a Roland Garros. Esta vez Henman ha acabado con su mala racha y se ha colado en las semifinales del torneo, una proeza que no conseguía un tenista británico desde 1963 cuando Micke Sangster cayó en esa ronda.

Henman, uno de los pocos especialistas de hierba, afronta una misión imposible a primera vista: Ganar el torneo. El último compatriota que lo logró fue Fred Perry, en 1935. Sus opciones parecen mínimas ante la legión argentina. Ni en su país creen en él. La casa de apuestas británica William Hard pagaba ayer su triunfo en Roland Garros a 9 libras (13,7 euros) por cada libra apostada y a 4,50 (6,8 euros) la victoria hoy ante Coria.

No es extraño. Coria ha sido el mejor jugador de esta temporada en tierra batida. Un tenista que, desde que fue eliminado en las semifinales del año pasado en Roland Garros, sólo ha perdido un partido de los 36 que ha disputado en tierra y ha ganado seis torneos. En París, este año, Coria aún no ha perdido un set y dispuesto a dar el primer título de Roland Garros a Argentina desde que Guillermo Vilas ganó en 1977. "Somos tres y tenemos el 75% de las posibilidades, no deberíamos fallar", vaticinaba Nalbandian que jugará la otra semifinal ante Gaudio.

Henman es consciente de su inferioridad pero a la vez se siente capacitado para el reto. De momento ha llegado hasta semifinales y no tiene nada que perder porque incluso ya ha superado el récord familiar que tenía su abuelo Henry Billington que alcanzó los cuartos de final en 1939.