Ganar un partido. Un objetivo tan simple como realista, pero que hasta ahora se le atraganta a España. El seleccionador Jorge Vilda se ha cansado de repetirlo en las semanas previas a la gran cita: la selección nunca se ha llevado los tres puntos en un Mundial, si bien Francia 2019 será tan solo su segunda participación. La meta, pues, no va más allá de mejorar Canadá 2015. Para superar la primera fase, el primer encuentro ante la debutante Sudáfrica (18.00 horas GOL) es una final debido a que con el paso de los días la competición se complica y Alemania, uno de los mejores equipos del continente, y la incombustible China tienen más renombre que el combinado africano.

A este primer partido llega Vilda con buenas sensaciones y un trabajo muy serio en el último amistoso con un empate ante Japón pero con muchas dudas de cómo puede responder el equipo ante la falta de verticalidad y gol. En un esquema de gran presencia azulgrana -copan la convocatoria con 10 futbolistas- tras su gran temporada coronada con la final de la Champions League ante el Olympique de Lyon, cabe la duda de si el técnico necesitará acudir a la segunda línea con jugadoras más inexpertas como Patri Guijarro, Nahikari o Lucía García, que a priori ofrecen mayor profundidad ante rivales cerrados.

Enfrente estará Sudáfrica, máximo exponente del fútbol africano, que aunque viene de una contundente derrota ante Noruega (7-2) será una dura piedra de toque. Al frente del equipo, Desiree Ellis, una de las ocho mujeres que rompen los estereotipos de los banquillos en este certamen, en el que la selección debutante ha prometido las mismas primas que a los hombres.

Ante la dificultad física de un primer encuentro determinante para el pase a octavos (se meten las mejores terceras), Vilda tiene claro que el objetivo debe ser desdibujar a los rivales y aplicar el fútbol de control y toque que ya conocen. «Si nosotras mismas nos damos cuenta de que podemos jugar muy bien al fútbol y que gracias a esa manera podemos vencer, habremos ganado mucho», explicaba en la rueda de prensa previa en Le Havre.

FIELES AL ESTILO

En la misma línea se manifestaron dos de las veteranas, Marta Torrejón e Irene Paredes. La defensa azulgrana celebra la evolución del fútbol femenino hasta llegar a esta cita. «Ha sido un camino largo y nada fácil. Nos queda recorrido para estar en primer lugar, pero se está trabajando». La central del PSG resaltó la participación de la mayoría en partidos muy importantes. «Se han transmitido muchos mensajes durante la preparación y solo nos queda disfrutar y dar todo lo que tenemos».

Sin embargo, España se caracteriza por la juventud de sus jugadoras. El combinado español es el tercer más joven de todo el campeonato del mundo gracias a una media de edad de 25 años y 2 meses y solamente Japón y Jamaica promedian un equipo más precoz.

Abrir la defensa rival y lograr las dianas que tanto se le resisten a España es clave, y la selección lo ha preparado a conciencia durante las tres semanas de concentración. «Esta selección ha demostrado muchas veces su capacidad goleadora. Nuestra preparación ha sido exigente, ante equipos de gran nivel que conceden pocas ocasiones. No hay que obsesionarse, los goles llegarán», concluyó Torrejón, que ha finalizado la campaña a nivel goleador con 16 goles a sus espaldas. Tras 88 partidos, la catalana es la jugadora que más ha vestido la camiseta de la selección y tiene en mente llegar al centenar de partidos. «El fútbol femenino ha cambiado mucho desde que comencé a jugar», afirmó Torrejón.

Francia y Corea del Sur fueron las encargadas de dar el pistoletazo de salida al Mundial. Las anfitrionas derrotaron a las asiáticas (4-0) en el Parque de los Príncipes de París gracias a los goles de Le Sommer, Henry y Renard (2).