Es complicado: su entrenador querría que jugase la final de la Europa League. A sus seguidores, tanto los del Arsenal como los armenios, les cuesta entender que no esté. Pero tendrán que aguantarse: Henrikh Mkhitaryán no jugará contra el Chelsea el 29 de mayo. No es porque se haya lesionado ningún músculo de nombre impronunciable ni porque haya encadenado demasiadas noches de fiesta sin avisar al cuerpo técnico. Mkhitaryán, mediapunta del Arsenal, el mejor jugador armenio de la historia, una leyenda en su país, no jugará la final de la Europa League porque el partido se jugará en Bakú, la capital de Azerbaiyán.

La historia viene de lejos. 1991. En esos días, la Unión Soviética agonizaba y las diferentes repúblicas que la formaban empezaban a redescubrir y desempolvar sus identidades nacionales. Armenios y azeríes -por separado, por supuesto- decidieron construirse sus propios estados: nacieron las repúblicas de Armenia y Azerbaiyán. Pero había un pequeño problema: en medio de las montañas del Cáucaso, en el lado azerí de la frontera, había varios pueblos de población armenia, conocidos como el Alto Karabaj. Hasta entonces no había sido ningún problema porque la línea divisoria entre Azerbaiyán y Armenia nunca había existido; ahora ya sí. Con la URSS muriendo, los ánimos se caldearon. Hubo varias matanzas de población civil y, entonces, en el furor de las soflamas bélicas, Azerbaiyán y Armenia, por ese puñado de territorio montañoso, se declararon la guerra.

Treinta años y 30.000 muertos después, el conflicto sigue vivo: armenios y azerís, condenados a ser vecinos, no pueden ni verse. Y aquí, entonces, llega Mkhitaryán, al que le hubiese gustado jugar la final en Bakú contra el Chelsea. «Quiero que juegue. Es todo una cuestión política y no sé cuál es la solución. De verdad, no sé cuál es el problema entre los dos países, pero haremos todo lo que sea para que Mkhitaryán esté disponible», dijo Unai Emery.

El Arsenal pidió a la UEFA un despliegue de seguridad extraordinario alrededor del jugador armenio para que no le pasase nada. No se dio: Mkhitaryán no viajará. La guerra entre Azerbaiyán y Armenia terminó en 1994, cuando los dos países firmaron un alto el fuego que aún es vigente. Pero la línea del frente sigue militarizada al extremo y, cada semana, de que ambos bandos denuncian al otro de romper el acuerdo. El Alto Karabaj, controlado por el Ejército armenio, declaró su independencia de Azerbaiyán y se unió informalmente a Armenia. En la actualidad, ningún Estado reconoce el Alto Karabaj como país independiente.