Cada uno lleva la cuarentena como buenamente puede. El que no devora un libro, lo hace con la televisión, la radio o el móvil. Nuestros deportistas a su vez siguen volcados en su trabajo teniendo en cuenta que solo han pasado diez días desde el parón deportivo. «Nos indicaron que los próximos 15 días no habría competición, teníamos previsto dar el fin de semana de descanso porque la plantilla venía muy fatigada y en este momento ocurrió todo. Entró el estado de alarma, el confinamiento en casa y cesó la actividad deportiva del club», recuerda Manolo Sanlúcar, entrenador del Ebro.

El preparador regresó ya hace unos días a Cádiz para pasar este confinamiento con su familia y a la espera de recibir buenas noticias desde Zaragoza. «Esta sociedad ha vivido muchas crisis pero nunca una como esta. Todos tenemos que hacer un esfuerzo porque lo que importa son nuestros padres, hijos y mayores, y esto lo ponemos por delante», prioriza el técnico, que no se olvida del fútbol, su vocación y su trabajo. «Este va a ser un parón que va a hacer daño, la tarea que mandamos para casa es no perder la tonificación muscular a sabiendas de que es muy complicado. Si a esto podemos incluir cardio con ejercicios específicos, ganaremos algo en el regreso», incide el técnico.

A pesar de la incertidumbre, los clubs esperan una decisión de las instituciones para retomar la competición con plenas garantías. «Queremos que la Federación manifieste cuáles son las opciones que se barajan. Ahora mismo dependemos del Gobierno y de la sanidad, pero la Federación nos tiene que informar sobre qué ocurrirá con la competición», reclama el entrenador.

En permanente contacto con ellos está el presidente del club, Jesús Navarro. «Me notificaron que se reunirían las Federaciones cuando finalizase la cuarentena, y si todo sigue su cauce normal, las Ligas terminarán. La estimación es que a primeros de mayo eche el balón a rodar», asegura el presidente, que a pesar del frenazo en seco de la competición, no ha considerado tomar ninguna medida al respecto. «No hemos valorado la opción de plantear un ERTE, cuando acabe todo se hablará con las Federaciones. No sabemos cuánto puede durar esto, así que esperaremos».

Mientras tanto, su plantilla continúa trabajando en sus casas con todos los materiales y herramientas que tienen a su alcance. «El preparador físico nos envía un trabajo diario para mantenernos. Si uno no tiene pesas puede utilizar alguna botella y hacer diferentes ejercicios cambiando de versión cada día», afirma Salvador de la Cruz, guardameta y capitán del equipo, que se las ingenia para no perder la forma y el ritmo competitivo. «Los porteros le damos importancia al tren superior, los hombros, los antebrazos… Utilizamos pelotas de tenis, golpeando la pared y recogiendo el rebote, esto nos ayuda a trabajar los reflejos y la concentración. Con dos hijas que tengo el tiempo es entretenido, con ellas no necesito pesas, las cojo y empiezo a subir y bajar escaleras», expresa el valenciano.

Su compañero Fran García se prepara de igual manera en su domicilio. «Es una situación difícil porque no podemos realizar ejercicio táctico en el campo. Necesitamos algo que suba pulsaciones, aeróbico, skeeping en el sitio, flexiones, abdominales… este tipo de entrenamiento que se puede hacer dentro de una casa», indica el interior. Sin grandes alardes ni importantes medios, los arlequinados siguen trabajando con constancia.