Fernando Navarro nació en Teruel hace 53 años. En su juventud la montaña no le atraía especialmente. «No tuve ningún contacto, ni tenía familia montañera, pero siempre he sido muy activo en el deporte», afirma Navarro. Fue gracias a la Guardia Civil como servicio a los demás como convirtió la montaña en su gran pasión. Navarro lleva media vida en este cometido. En 1987 hizo un curso de montaña en la Benemérita, el primero que se hacía en España. Parte de su trabajo lo ha canalizado en practicar deportes como el atletismo, el esquí de montaña y las carreras por montaña con un magnífico nivel competitivo.

«Mi padre era guardia civil y vi que era una posible vía de futuro. Pero con los años vas adquiriendo conciencia de dónde estás y escoges tu camino». Estuvo hasta el año 89 destinado en la sección de montaña de Boltaña y lleva 15 en la sección de Jaca. Es allí el máximo responsable de la unidad de rescate. «No podría estar aquí si no me gustase la montaña. Psicológicamente el rescate de montaña es muy duro. Lo peor es el riesgo permanente, tienes que colgarte de un helicóptero con un cable, aproximarte hasta el accidentado, hacer maniobras complejas y complicadas, estar expuesto a crecidas en los barrancos... Puedes ser muy fuerte físicamente, pero si no lo eres psicológicamente, lo tienes complicado», afirma el subteniente Fernando Navarro.

Fue en los noventa del siglo pasado cuando Navarro fue uno de los mejores fondistas de Aragón. «Llegué a ganar el Regional de 5.000, 10.000 y medio maratón y disputé un maratón en San Sebastián con una marca de 2.30 horas. Crucé la meta y no podía ni andar». Fue hace más de una década cuando se desvinculó del atletismo por una lesión en el tobillo. Sin solución de continuidad empezó a practicar el esquí de montaña. «Formaba parte del equipo de la Guardia Civil y llegué a disputar un Mundial en Baqueira y el Europeo en Andorra. Eran los principios del siglo XX».

También era árbitro de competiciones. Por aquellos años el director del equipo de esquí de montaña era el legendario Bernabé Aguirre. «Fue el gran impulsor de este deporte en la Guardia Civil. También empecé a dedicarme a las carreras por montaña como preparación para el esquí porque transfería mejor el trabajo que con el asfalto y el cross».

Las carreras por montaña también se le dieron bien a Navarro e hizo podios en los Campeonatos de España y la Copa de España. Aunque lo suyo ha sido el esquí de montaña. «He disputado grandes carreras en los Alpes como la Mezzalama, la Patrulla de los Glaciares, la Pierra Menta o la Altitoy. Son todas ellas muy alpinas e incluso en la Mezzalama se suben cuatromiles como el Castor». Le atraen más las carreras fuera de las pistas. «La carrera que organiza Pirineos en Panticosa es alpina total, lo mismo que la prueba del Valle del Aragón», indica.

Además de su faceta deportiva, también destaca su labor técnica. Ahora es el director técnico del equipo de la Guardia Civil de esquí de montaña. «Este año hemos formado el equipo Diego Gómez, Rubén Ordoñez, Diego Álvarez, Luis Alberto Hernando y yo». La filosofía de este equipo es más humana que deportiva. «Tenemos una función de imagen. Transmitimos a la sociedad proximidad y cercanía. Somos buenos deportivamente y como personas». También dirige la escuela de esquí de montaña de la territorial y hace poco fue designado como director técnico de carreras por montaña de la Guardia Civil que formarán siete atletas.