Montañeros de Aragón sigue presente en los grandes retos alpinísticos. Pauner está luchando a brazo partido en el G-I y G-II. Y muy cerca del campo base del jacetano se sitúa el gran objetivo de Javier Pérez y Agustín Rodríguez, la aguja Shipton Spire, de 5.950 metros, la que esperan culminar a finales de julio. "Queremos homenajear de esta manera a Rabadá y Navarro, escaladores punteros que pertenecían a Montañeros de Aragón en los años 60 y que rompieron moldes en el alpinismo español", afirma Rodríguez.

Los aragoneses partieron de Zaragoza el pasado jueves y hoy tenían previsto llegar a Islamabad, capital de Pakistán, pensando en las grandes agujas situadas en el grupo del Trango. Curiosamente, Pérez y Rodríguez coincidieron en el viaje con Cecilia Buil y otros dos escaladores de Peña Guara, Néstor Ayerbe y Oscar Pérez, que harán actividad en el valle de Ushe. Buil conquistó hace tres años la Shipton. "Intentaremos hacer la misma vía de Buil. Se llama Inshallah. La abrieron tres americanos en el año 96", afirma Javier Pérez.

La Shipton tiene una pared de 1.300 metros de desnivel. "Están equipados los 300 primeros metros, que se denominan el zócalo. La vía discurre por la mitad de la aguja", dice Pérez, que habla de las características de la pared. "Es cara sur, soleada, de granito y con fisuras, diedros, placas, chimeneas y algún techo", cuenta Pérez. "Nos ayudaremos en la progresión de los seguros que coloquemos en la roca. Estas piezas nos protegerán en caso de caída", explica Rodríguez, de 30 años y que ha realizado la Directa Americana y el Pilar Bonatti al Dru en los Alpes, y la Aguja Poincenot, el Fitz Roy y la Torre Central del Paine en la Patagonia.

Tramos de nieve y hielo

La vía Inshallah es de una inclinación muy mantenida y vertical. Cuenta con 34 largos. "La realizaremos en la técnica de Big Wall y su dificultad en roca es de 5.12/A.1". Es previsible que la pareja esté algo más de una semana suspendida en la pared que apenas cuenta con repisas. "Dormiremos en una hamaca con techo. Lo llevaremos todo colgado de un petate, desde los 50 litros de agua para una semana, el hornillo, los sacos y la comida".

Un problema añadido es que los últimos tramos de la pared son de hielo y nieve y tendrán que cargar en el petate con "material de escalada mixta como son el piolet, los crampones, las botas y algún tornillo", afirma Rodríguez.

El tiempo es bastante estable en verano en el Karakorum. "He estado en la Patagonia y el tiempo es mucho peor. En Pakistán hay largos periodos de buen tiempo en junio y julio". Sin embargo, una dificultad de envergadura es "la altitud. No es lo mismo subir una pared de 1.000 metros sobre el nivel del mar que estando a 5.000 metros", explica Rodríguez.

La marcha de aproximación es similar a la de la ruta que lleva a los Gasherbrum y el K-2. "Pasaremos por el glaciar de Baltoro y a mitad de camino de Concordia nos desviaremos a la izquierda. Estamos a una semana de donde está Pauner", apunta Pérez, zaragozano de 36 años, compañero del jacetano en la expedición al K-2 y que en el 97 subió el Broad Peak.

El presupuesto para la aventura es "muy ajustado. Vamos sin ningún lujo. El presupuesto es de 10.000 euros". Pérez y Rodríguez contarán con el apoyo del Gobierno de Aragón y colaboran Lacor, Artiach y Ortosport. "Llevaremos un cocinero pakistaní al campamento y contaremos con 20 porteadores en la aproximación".