Gran carrera para despedir el año, la temporada, el séptimo Mundial en el que se coronó el mejor de los Michael Schumacher posibles, pero de nuevo un gran premio sin un solo adelantamiento. Todo lo que ocurrió ayer en Sao Paulo, en el complicadísimo trazado de Interlagos, sucedió en los boxes donde, por las inclemencias e incertidumbre del tiempo, hubo muchísima agitación. En la pista, gran tensión, pero cero adelantamientos.

El piloto colombiano Juan Pablo Montoya se despidió de la escuderia Williams-BMW con un gran triunfo, llevando a su estela durante todo el gran premio al filandés Kimi Raikkonen, que, la próxima temporada, será su compañero de equipo en McLaren-Mercedes. El español Fernando Alonso (Renault) realizó otra gran carrera, defendiendo con uñas y dientes la cuarta plaza, cuya culminación era el cuarto puesto final en el Mundial de pilotos. Tres pilotos, con mejores coches, le persiguieron hasta el final para arrebatarle ese premio: Ralf Schumacher (Williams-BMW), Takuma Sato (BAR-Honda) y el mismísimo Michael Schumacher (Ferrari), pero ninguno de ellos pudo con el asturiano.

MANIOBRA ARRIESGADA La carrera empezó minutos después de que dejase de llover sobre Interlagos. Muy pocos se atrevieron con la elección que hizo Alonso: neumáticos de seco sobre una pista aún mojada. Todos los pilotos jugaron conservador y salieron a la pista con gomas mixtas.

Tras apagarse los semáforos, Alonso sufrió de lo lindo en los cinco primeros giros pero, una vez secada la trazada más común, el líder de Renault se colocó lider de la prueba mientras sus adversarios se veían obligados a parar en sus talleres antes de hora para cambiar sus neumáticos de agua por los secos.

Alonso y Renault habían decidido que sólo pararían dos veces en sus boxes pero Flavio Briatore ordenó a su piloto estrella que se detuviese en los talleres cinco vueltas antes de lo previsto y esa decisión fue, al final, lo que descartó a Alonso en la lucha por el podio pues mientras estuvo en pista era el más rápido en la primera parte de la carrera. "No fue un error", señaló el español al término de la prueba, "mis neumáticos no podían soportar ya un giro más".

Mientras todos miraban el cielo y consultaban los partes de sus expertos, Montoya y Raikkonen protagonizaron un hermoso duelo aprovechando que Michael Schumacher salía desde el 18º puesto y que, tal y como ocurrió en China, sufríaun trompo en la tercera vuelta, quedando totalmente descartado para el último podio de la temporada.

El tramo final del GP no pudo ser más vistoso, pero poco emocionante. Pese a que Raikkonen se pegó a Montoya en su pelea por la victoria, era evidente que el finlandés iba a tener que conformarse con la segunda plaza entre otras razones porque acusó el tremendo esfuerzo que hay que hacer para soportar el defectuoso piso de Interlagos, que acaba destrozando el físico de los pilotos.

TRENECITO TRAS ALONSO No hubo pues adelantamiento en la cabeza de carrera, como tampoco lo hubo en el trenecito que lideraba Alonso por delante del hermanísimo , Sato y Schumi . Mientras Rubens Barrichello (Ferrari) lograba con su tercer puesto la mejor clasificación de su vida en casa, Alonso resistió el acoso de los tres jinetes que iban montados en mejores caballos que él.

"Al final me ha costado muchísimo y un enorme sacrificio físico mantener el coche en la trazada, pues tenía un neumático trasero totalmente destrozado", comentó Alonso, orgulloso de la cuarta plaza, del cuarto puesto del Mundial.