Nunca el Zaragoza ha tenido mucho gol en esta temporada, lo justito para andar por la categoría de plata, suficiente solo si mantenía muy alto el listón en defensa, lo que ha logrado a cuentagotas. Por eso reforzar el ataque en enero se consideraba prioritario, con un delantero diferente a lo que hay, con un 9 rematador y con capacidad física. No llegó por la escasez de cintura económica que provocó no poder dar salida a Paredes, Movilla y José Mari, ya que este último tomó las maletas pasado ya el mercado.

Sin ese refuerzo arriba y con el bajón en los últimos partidos, el Zaragoza suma solo una diana, la anotada de cabeza por Roger en una falta en Miranda, en 4 encuentros, en las dos últimas derrotas, ante Lugo y Barça B, en la victoria en Anduva y en el empate sin goles frente al Hércules. Es un dato que revela una sequía anotadora más que preocupante.

El énfasis de ese mal momento goleador aumenta si el foco se pone sobre Ángelo. El ariete cedido por el Manchester no ha respondido a lo esperado, salvo en su buena irrupción, con cuatro dianas en sus cuatro primeras presencias en el once. Pero de ahí a que no tenga ni un minuto cuando más le está costando marcar al Zaragoza media un abismo. Y es un abismo inexplicable. Al menos para todo el mundo menos para Paco Herrera.

Henríquez, que lleva 5 tantos y no marca desde el choque ante el Numancia el 10 de noviembre, ya dejó su vitola de titular antes del parón y regresó de la Navidad en Chile con una gripe mastodóntica que le dio la oportunidad a Roger Martí, que el valenciano aprovechó. Mientras Roger veía puerta en Gijón y hacía un partidazo contra el Alcorcón, Ángelo pasaba las secuelas de su fiebre con dos partidos de baja. En el empate sin goles ante el Hércules volvió a tener minutos, en la recta final, catorce en concreto contando el descuento, con muy malas sensaciones en su fútbol, mientras que en Miranda, ante el Barça B y ayer vio todo el encuentro en el banquillo. Herrera cree que en Roger hay más capacidad asociativa que en el chileno, que es más rematador, pero esa justificación no explica tres partidos sin un solo minuto.

Sentado junto a Herrera, el jugador chileno, por el que el Manchester pagó 4 millones en el 2012, ha visto cómo el Zaragoza iba cuesta abajo en ataque. En Miranda salvó la papeleta por el cabezazo de Roger, pero ya se vieron menos juego y ocasiones que en los mejores momentos de enero, contra el Barça B el baño del filial dejó sin argumentos, ni atrás ni arriba, al equipo y en Lugo solo tuvo una oportunidad, la que Luis García mandó al limbo. Sin gol solo queda rezar para que el rival no te mate... Y Barça B y Lugo no le perdonaron.