Menuda diferencia. Entre la llegada de las vacaciones y, sobre todo, la balsámica victoria lograda en Riazor, en la Ciudad Deportiva zaragocista ayer había mucho más espacio para las sonrisas. El equipo aragonés rompió en La Coruña dos malas rachas, ya que puso fin a siete jornadas sin ganar en Liga y logró el primer triunfo a domicilio. Y todo, para respirar algo más aliviados en la tabla y para descargar la atmósfera, viciada por los malos resultados y el conflicto de las primas. Ahora, los jugadores del conjunto aragonés esperan que este triunfo marque un antes y un después en la trayectoria en este curso.

"La verdad es que ya tocaba ganar y si lo logras ante un buen equipo, aún sabe mucho mejor. Esto supone, sobre todo, cambiar la dinámica. Nos habíamos metido en el derrotismo y eso hace mella en la mentalidad y en la confianza", aseguró Movilla, que espera que el buen partido jugado en La Coruña no se quede en una mera anécdota, enfriado por el parón de las vacaciones: "Ahora tenemos diez días para descansar y cargar las pilas, pero hemos establecido ya un buen camino. Creo que este triunfo debe marcar un punto de inflexión para que no pase lo de anteriores partidos", recalcó.

"Nos vamos de otra forma a las vacaciones", aseveró con contundencia Oscar, que no dio por finalizada la crisis, aunque sí que se consiguió un gran paso para empezar a curar la herida. "Había crisis de juego y de resultados, porque no nos encontrábamos bien sobre el campo. Sabíamos que este triunfo era vital, según estaban las cosas con la afición, con la directiva y después de haber perdido tres partidos seguidos en casa. La situación era bastante jodida, pero estos tres puntos suponen mucho", sentenció el mediapunta salmantino, que volvió a realizar un gran partido en esa posición, demostrando que su camiseta titular como enganche de Villa es indiscutible.

En ese contexto de crisis a todos los niveles sacó el Zaragoza una de las mejores versiones del curso --salvo en los ya habituales desajustes del sistema defensivo-- y eso no escapó tampoco al análisis de los jugadores. "Parece que este equipo tiene que jugar con esa presión, que a base de críticas y malos rollos raya a buena altura", dijo Movilla, para después extraer la conclusión de todo lo sucedido: "Somos competitivos si tenemos carácter ganador, si no nos relajamos y salimos a por todas. Si no... "

UN ANTES Y UN DESPUES Movilla también afirmó que el calendario europeo había supuesto una buena factura en el campeonato liguero, algo que no se va a repetir hasta el 16 de febrero, cuando se reanuda la UEFA. Hasta entonces y tras las vacaciones el Zaragoza, que está a siete puntos del descenso y a cinco de la UEFA, espera dar el salto que le acerque a los puestos de arriba. "Ese es el objetivo. De momento, hemos conseguido un triunfo que supone un antes y un después. Es una victoria de prestigio y hay que darle continuidad después de las vacaciones", concluyó Oscar.