Juan Carlos Ferrero salió de la pista de Roland Garros en silencio y con cara de preocupación. La misma que tenía su entrenador Antonio Martinez Cascales. El set que jugó con el argentino Mariano Zabaleta no le quitó de dudas. "Tengo dolor en la costilla y hay un 60 por ciento de posibilidades de que no juegue", comentó ayer, aunque no decidirá su retirada hasta realizar un último entrenamiento hoy.

El valenciano quiere apurar al máximo sus opciones antes de renunciar a la defensa del título y perder de golpe los 1.000 puntos que ganó el año pasado. Las molestias que siente en las costillas cada vez que intenta dar un golpe, especialmente de volea, smash o con el servicio, no le animan a jugar un torneo en el que para aspirar al máximo hay que estar al cien por cien. "Está muy justito y todo depende de si está dispuesto a jugar con dolor. La lesión no es peligrosa pero es invalidante", valoraba ayer Angel Ruiz-Cotorro, médico de la Federación Española de Tenis.

Ferrero está dispuesto a sufrir, ya lo hizo en el 2002 cuando alcanzó la final ante Costa, pero también es consciente que su rodaje es muy corto. Desde que sufrió la varicela, apenas ha jugado siete partidos en tierra y lleva desde Montecarlo sin jugar un partido. El rival que le ha tocado en suerte, el alemán Tommy Haas, tampoco es una perita en dulce, pese a no ser un especialista.

La incógnita en torno a la presencia de Ferrero deja a Carlos Moy como principal baza española al título. El mallorquín llega a París en forma y, junto al argentino Guillermo Coria, con el mejor balance sobre tierra en el 2004 de los 128 participantes del cuadro masculino. De los 30 partidos que ha disputado en esa superficie, sólo ha dejado escapar 5, ganando dos torneos (Acapulco y Roma). "Creo que estoy en el buen camino y confiado en mis opciones. Llego a Roland Garros habiendo jugado muy bien en los tres Masters Series de tierra. En Montecarlo hice semifinales, en Roma fui campeón y en Hamburgo perdí en cuartos lo que me da moral para afrontar un torneo tan largo", valora.

En plena forma

Moy rehusa considerarse favorito pero ve lógico que esté en todas las apuestas de aspirantes a un triunfo que ya saboreó en 1998."Mi mentalidad es ahora mucho más ganadora que antes y eso se ve en los resultados. En los últimos dos años he ganado 10 títulos y en los primeros seis o siete sólo gané 7, razona. A sus 27 años Moy siente que ha alcanzado la plenitud de su juego. "El nivel de mi tenis es técnicamente igual que antes, pero la mentalidad es muy distinta. A los 20 años no tenía la mentalidad ganadora que tengo ahora", reconoce.

En Roland Garros deberá afinar esa nueva mentalidad para llegar a la final del 6 de junio. Hoy debutará contra el holandés John van Lottum y esa era ayer su única preocupación. "De nada sirve pensar en el futuro. Este es un torneo muy complicado y no me quiero poner más presión" decía Moy , que destacaba como rivales directos a Coria y Federer. "Mentalmente Coria es el más fuerte, Federer y yo dependemos más de la inspiración. Para mí Coria es el favorito porque sólo ha perdido un partido en tierra, pero si Federer pasa las dos primeras rondas será peligroso. Cuando juega bien es imbatible, aunque en tierra apostaría por Ferrero si estuviera bien".

La opción de Robredo

De los 28 españoles (19 hombres y 9 mujeres) que tomarán la salida en esta edición de Roland Garros, al margen de Moy y Ferrero, las máximas opciones para levantar alguna copa serán a priori para la madrileña Virginia Ruano que, junto a la argentina Paola Suárez, volverán a ser las máximas candidatas al título de dobles (ganaron en el 2001 y el 2002). Las posibilidades del resto de participantes son una incógnita porque la cosecha española en tierra esta temporada no ha sido la mejor de los últimos años. La explosión de triunfos de otros años ha quedado reducida a los éxitos de Moy y a las victorias del desconocido Santiago Ventura que ganó en Casablanca el pasado sábado (no estará en París), Fernando Verdasco (Valencia) y Tommy Robredo (Godó). Tanto Verdasco como Robredo deben estar en las rondas decisivas por su nivel de juego. Los dos figuran entre los top ten de la temporada de tierra (ver gráfico) y, si Verdasco tiene el hándicap de su inexperiencia, Robredo se siente en condiciones de "aspirar al máximo". El año pasado el catalán cayó en cuartos de final y en cinco sets ante el campeón Albert Costa. Este año, después de ganar en Barcelona, siente que está "muy cerca de los mejores" y capaz de ganarles. "París sería el mejor lugar para tocar la gloria", dice.

Una gloria que en otras épocas acariciaron compañeros suyos como Costa, Alex Corretja o Conchita Martínez pero cuya actuación este año es una incógnita.