La final de la Copa Davis le abrió los ojos. Moyá ganó a Philippoussis sobre hierba y se dio cuenta de que tenía opciones sobre esta superficie. El mallorquín demostró en Melbourne que tiene armas (saque y resto) para afrontar el reto. Y este año parece dispuesto a intentar en serio el asalto a Wimbledon. Después de la derrota en Roland Garros y tras unas vacaciones en Ibiza para olvidarse de esa decepción, este año se ha preparado con intensidad para jugar sobre hierba. Moyá ha alquilado una casa en Wimbledon y lleva una semana entrenándose en Londres con la ayuda de Tati Rascón, el tenista madrileño que estuvo haciendo de sparring del equipo español en la final de Australia.

En Wimbledon, Moyá tiene la oportunidad de volver a ser el número uno español y superar a Ferrero en el ránking mundial ya que no defiende ningún punto y está a sólo 50 del valenciano que el año pasado llegó a octavos de final en el torneo.