Carlos Moyá desveló ayer, en una amplia entrevista a la agencia DPA, los motivos de haber dejado la capitanía del equipo español de la Copa Davis después de solo un año en el cargo y tras no haber podido evitar el descenso del Grupo Mundial con las derrotas en Alemania y Brasil en este 2014. "Yo no tenía ningún peso para convencer a los tenistas de que vinieran a jugar con el equipo", asegura Moyá, responsable desde su silla del primer descenso en 19 años del equipo español, que desde el año 2000 consiguió conquistar cinco veces la ensaladera de plata.

"Si veo que el objetivo es común, no tengo problemas en viajar una serie de semanas, pero si veo que no es común, me quedo en casa con mi familia y mis tres hijos", asegura Moyá en la entrevista, en la que se sorprende de las bajas masivas (hasta nueve jugadores le dijeron que no a la eliminatoria definitiva) en el equipo que debía salvar la categoría en Sâo Paulo. "Ahí te das cuenta de que la Copa Davis no es lo que yo pensaba que suponía para los jugadores", confiesa Moyá.

Su sucesora en el cargo es Gala León, cuya designación ha levantado ampollas en los mismos jugadores que no acudieron, en su mayoría, a Brasil. "El tenis no es el fútbol. En el tenis se suele consensuar bastante todo, y los jugadores se enteraron por la prensa de esa decisión", argumenta Moyá, que asegura que no volverá al cargo. "Tenía la sensación de que los jugadores que venían me estaban haciendo un favor", se queja el excampeón de la Copa Davis con España.