Luis Aragonés, 'Zapatones', el 'Sabio de Hortaleza', el hombre que cambió la suerte de la selección española, ha fallecido este sábado 6.15 horas de la mañana en la Clínica Cemtro de Madrid. Tenía 75 años. Técnico inimitable dentro y fuera del banquillo, que dirigió al Barça durante el motín del Hesperia y al Espanyol, quedará para la historia como el que inició el ciclo victorioso de la Roja con la conquista de la Eurocopa en el 2008.

Casado y con cuatro hijos, aunque el Madrid fue su primer gran club como futbolista su corazón terminó siendo Atlético. Apenas jugó unos meses en el club blanco que lo cedió varias veces. Tras tres temporadas en el Betis en 1964 se convirtió en colchonero, ganando esa misma temporada la Copa. Como rojiblanco ganaría otra Copa más (1972) y dos Ligas más (69-70 y 72-73), además del Pichichi de la temporada 69-70, compartido con Gárate y Amancio. "Si el Atlético es el pupas, el resto, ¿qué son, el costras?", solía decir.

Tras despedirse como jugador tras perder la final de la Copa de Europa ante el Bayern, debutó pocos meses después como entrenador sin quitarse su célebre chándal. "Un entrenador de fútbol debe ir en chándal a los partidos" Esa misma temporada ganaría la Copa Intercontinental de 1975, a las que sumaría la Copa de 1976 y la Liga 1976-77. Tras su fugaz paso por el Betis en 1981, frustrado por una depresión, regresó en 1982 al club de su corazón de la mano de Calderón, con el que ganaría la Copa y Supercopa en 1985 sería finalista de la Recopa 1986. Otra recaída en su depresión le apartó del banquillo un año.

EL MOTÍN DEL HESPERIA

Después de terminar la temporada 1986-1987 en el banquillo colchonero, Núñez le convenció para fichar por el Barça, con el que ganó la Copa en una temporada marcada por el motín del Hesperia. El Sabio de Hortaleza acompañó a la plantilla en la rueda de prensa en la que denunciaron haber perdido "toda la confianza en el presidente, que nos ha decepcionado como persona y humillado como profesionales" después de que el club se hubiera negado a a asumir las multas e impuestos de las inspecciones de Hacienda.

Entrenador del Espanyol en la temporada 1990-1991, pasaría de nuevo por el Atlético, Betis, Oviedo Valencia (con una célebra bronca con Romario), Sevilla y Mallorca, la gran oportunidad de su carrera le llegó en el 2004, cuando llegó al banquillo de la selección española, donde apostó por el estilo Barça, con Xavi e Iniesta como referentes. Su decisión de apartar a Raúl González le valió todo tipo de críticas que, pese a encadenar 25 partidos invicto, se acentuaron después de que España cayera en los octavos en el Mundial de Alemania. "¿A cuántos Mundiales ha ido Raúl? A tres. ¿Y a cuántas Eurocopas? A dos. ¿Y cuántos ha ganado?", señalaba. La gloria le llegaría en el 2008 en la Eurocopa de Suiza y Austria, donde no solo rompió con la frontera maldita de los cuartos sino que se coronó. "Las finales no se juegan, se ganan", sentenciaba. "Cogí una selección, intenté dejar un equipo", dijo después de que, harto de ataques, Aragonés se marchara al Fenerbahçe, en el que apenas estuvo una temporada. Aunque no había entrenado desde el 2009, fiel a su estilo negaba hace pocos meses que se hubiera retirado. Para la historia quedarán, además de sus logros, su peculiar e inimitable estilo.