El Flamengo, el equipo más popular de Brasil, vivió ayer la peor tragedia en sus 123 años de historia con el incendio que mató a una decena de jugadores de la cantera, una de las más prestigiosas del país y de donde han salido ídolos como Zico y más recientemente Vinicius y Lucas Paquetá. Las llamas consumieron por completo un alojamiento del llamado Ninho do Urubu, el centro de entrenamiento del Flamengo, situado en la zona oeste de Río de Janeiro, donde dormían jóvenes de la base menores de 18 años de edad.

Las autoridades brasileñas confirmaron hasta el momento diez muertos y tres jóvenes heridos, dos de ellos «estables» y el otro en «estado gravísimo», con quemaduras de tercer grado en el 30% de su cuerpo.

El mundo del fútbol en Brasil expresó su solidaridad tras el incendio. Los brasileños Diego Ribas, Vinicius Jr, Lucas Paquetá y Neymar, entre otros, así como los exjugadores Ronaldinho y Zico trasladaron el pésame a los familiares de las víctimas de esta tragedia ocurrida en las instalaciones del Ninho do Urubu, donde se entrenan el equipo carioca y sus categorías inferiores. «Qué noticia triste! Recemos por todos! Fuerza, fuerza y fuerza», escribió Vinicius. Al igual que el Flamengo, el Fluminense y el Botafogo, dos de los principales rivales del club, decretaron tres días de luto. El Fluminense debía enfrentarse hoy al Flamengo en las semifinales de la Copa Guanabara, pero la Federación canceló el encuentro.