Trabajar, luchar y que el equipo vaya mejorando poco a poco. Suenan las palabras a Francisco, aunque cambien el acento. Quiten el deje de Almería por otro del norte. Pongamos de Asturias. Retrocedan ahora once meses. Sitúense en el 1 de diciembre del año pasado. Ese día, en Mendizorroza, Abelardo copió el mensaje que ahora retumba en la esperanza del Huesca. Bajo ese mismo discurso de creencia y constancia, del pasito a pasito, ha resucitado un Alavés que olía a muerto. Tercer entrenador en apenas trece jornadas, sustituto del italiano Gianni di Biasi que ya había relevado a Luis Zubeldía.Entonces, último con sólo seis puntos, como ahora el Huesca. La llegada del gijonés no sólo obró la permanencia, sino que está haciendo que el ‘Glorioso’ sea en esta temporada la revelación del campeonato, quinto, gracias a los números europeos que ha fraguado bajo el mando de Abelardo (61 puntos de 111 posibles con 19 victorias, cinco empates y trece derrotas).

Las constantes vitales del Huesca hoy no son mucho más saludables que las de aquel Alavés. Con dos jornadas menos tiene mismo puntaje y ya ha pasado por el quirófano para extirpar a un entrenador. La mejora de las sensaciones y el juego no se ha visto refrendado con un viraje en los resultados (un punto de nueve). Sin embargo, reflejarse en la referencia, querer adquirir la pócima de la resurrección del exorcista Abelardo, hará que hoy (12.00 horas, beIN LaLiga) salga al césped con el pulso acelerado y con muchas ganas de abrazarse a la vida de Primera gracias al apoyo de los 600 incondicionales que le seguirán hasta Mendizorroza.

Terminada la alargada ausencia de Brezancic, que esta semana se ha incorporado al grupo, las buenas noticias no salen de la enfermería. Gonzalo Melero sigue arrastrando los problemas de pubalgia, Chimy Ávila mantiene dolorida su rodilla y el goleador y capitán Xabi Etxeita se queja de una dolencia muscular que agravó al querer terminar el partido ante el Getafe. Son baja segura y no fueron convocados. Con este cuadro médico, el dibujo efectivo en las dos últimas jornadas, ese de estructura defensiva en lo teórico y aire ofensivo en lo estimulante (3-5-3) podría mutar por la falta de centrales (quedan Pulido y Semedo). A Akapo, consolidado en el lateral zurdo como remiendo, se podría unir el gallego Pablo Insua, uno de los tres jugadores que aún quedan por debutar.

La recuperación anímica del grupo ha sido el plan estratégico que Francisco ha abordado en una semana donde la preparación del choque ha ido paralela a la de insuflar confianza. No caer en el desánimo y sacar de la hibernación a los delanteros parecen los objetivos para un técnico que ha conseguido que el Huesca vuelva a creer, no se sienta tan desprotegido y donde la victoria se supone será la rampa de lanzamiento hacia la salvación. A cuatro puntos de esta marca, perder en Euskadi, donde, recuerden, se ganó a Eibar y se empató en San Mamés, podría suponer ir abriendo un boquete más considerable. Aunque queda tiempo.

El Alavés sigue sin caer en Mendizorroza, que ha celebrado esta temporada tres victorias y sólo dos empates y donde el Huesca sólo ha conseguido un triunfo, hace 34 años, en ocho visitas en su legado. Los vitorianos se muestran como un equipo directo en ataque y ferroso en defensa, con la ballesta preparada en cada lanzamiento a balón parado. Marcar seis goles y rentabilizarlos en 17 puntos muestran su ADN.

La última semana para el cuadro de Abelardo ha sido un pequeño dolor de cabeza, verse empatar en el descuento en Copa en Gerona y perder, también contra el reloj, en Eibar, y tener la necesidad de cambios en su línea defensiva por las bajas de sus laterales y la duda de Pacheco, portero titular. El zaragozano Víctor Laguardia lo ha jugado todo y le secunda un clásico como Ibai Gómez y el uruguayo Jonathan Calleri, máximos realizadores con tres tantos. Guidetti aún ha de demostrar su valor (cuatro millones). El sueco fue el autor del gol en el partido de pretemporada que ganaron los altoaragoneses con dos tantos de Gallar. No estaría mal repetir ese resultado.