La NBA no se anda con chiquitas ante los desmanes de sus jugadores, ni siquiera con sus estrellas. El último ejemplo es J.R. Smith, el escolta de los New York Knicks que el año pasado fue nombrado mejor sexto hombre de la temporada, y que acaba de recibir una multa de 50.000 dólares (unos 37.000 euros) por intentar desatar los cordones a los rivales mientras esperaban para capturar el rebote en un tiro libre.

Shawn Marion, el veterano alero de los Mavericks, fue la primera víctima el pasado domingo. Mientras Dirk Nowitzki se disponía a lanzar un tiro libre, él se agachó y tiró del cordón de su zapatilla para distraerle e impedirle luchar por el rebote. Ya entonces se vanaglorió en su cuenta de Twitter de su travesura: "Lo hago en cada partido", escribió, pese a que su entrenador, Mike Woodson, le advirtió: "No debería hacer estas cosas. Voy a hablar con él. Debe centrarse sólo en jugar al baloncesto. Es de lo que se trata. Lo demás son cosas que no debe hacer. Crees que lo has visto todo y de repente pasa algo así". Pese a la advertencia, dos días depués repitió la jugada con Greg Monroe, de los Pistons.

Triunfo ante los campeones

La NBA perdonó la primera travesura, pero no la segunda, y le ha impuesto una multa de 50.000 dólares que se suma al castigo de su propio equipo. Harto de él, Woodson ha decidido esta madrugada prescindir de él en el partido ante los Miami Heat, en el que los Knicks han logrado su tercera victoria consecutiva pese a los 32 puntos de Lebron James. Es posible que los Knicks quieran desprenderse del jugador aunque su elevado contrato y un hinchado historial de sanciones hará difícil cualquier operación.

En el otro partido de la noche, el regreso de Serge Ibaka tras perderse un partido por gripe no les ha servido a los Thunder ante los Nuggets de Denver, que se han impuesto por 101-88. Ibaka ha anotado 8 puntos y capturado 10 rebotes para su equipo, liderado nuevamente por Kevin Durant (30 puntos) pero que volvió a notar la ausencia de Russell Westbrook.