Fran Murcia se está planteando ya seriamente su retirada. El jugador del CAI Zaragoza, que lleva más de un mes de baja después de someterse a una artroscopia en la rodilla, está terminando de madurar una decisión complicada de tomar, pero inevitable por su precario estado físico. Así lo ha comentado ya el jugador en su círculo de amistades. La razón no es otra que los intensos dolores que todavía sufre en la rodilla operada como consecuencia de la inflamación del cartílago y que le difucultan, casi hasta imposibilitarla, la práctica deportiva. Murcia tiene 33 años y su contrato con el CAI Zaragoza no termina hasta el final de la temporada 2004-2005.

Las esperanzas de recuperación del ala-pívot, que regresó a Zaragoza procedente del Auna canario en diciembre del 2002, están ya a punto de agotarse y así tiene intención de hablarlo con el club, salvo que se produjera un cambio casi milagroso en su rodilla. A pesar de que la situación de su lesión ha mejorado para su vida diaria (antes de la operación le dolía la rodilla incluso andando), no lo ha hecho de forma tan ostensible como para jugar al baloncesto al máximo nivel. Murcia realizó la semana pasada entrenamientos de pista con el resto de sus compañeros, aunque a un menor ritmo. Esta semana ha vuelto a repetir el proceso y la conclusión ha sido clarificadora: su rodilla no puede más. Ayer mismo, Murcia no acudió a la sesión vespertina del CAI. "He notado que la pierna está más fuerte, más musculada, pero todavía me duele", explicó Fran Murcia a este diario.

MIL INTENTOS Después de trabajar en jornadas de mañana y tarde en el gimnasio, de no esconderse y de poner todo el empeño en tratar de recuperarse con profesionalidad, la semana pasada el ala-pívot ya se incorporó a los entrenamientos de pista del resto del equipo, aunque lo hizo a un ritmo menor que el de sus compañeros. Las sensaciones del jugador no fueron tan positivas como él esperaba y tuvo que parar de nuevo su actividad, ya que el dolor en la rodilla no remitía.

El jugador del CAI, que ejerce de capitán de la plantilla, no ha podido rendir al nivel que sus condiciones y su trayectoria deportiva hacían presuponer. Murcia incluso tuvo que escuchar los silbidos irónicos de la afición del pabellón Príncipe Felipe cuando, en el partido contra el Aracena, el público le gritó Mesa, Mesa, Mesa cada vez que tocaba la pelota.

"En diciembre estaba fatal --relata Fran--. Tenía una sobrecarga horrorosa y no podía soportarlo más", añade. La moral del jugador había crecido después de la operación --"se me había creado una ilusión", cuenta él--, pero los últimos días han sido decisivos para tomar una decisión muy meditada, pero que parece que ya no va a esperar mucho tiempo más en dar a conocer. En principio, la idea de Fran era probarse ésta y la semana que viene para, luego, tomar una determinación, pero los acontecimientos se pueden precipitar.

LA TRAYECTORIA El jugador, de 2,02 metros, llegó al antiguo CAI Zaragoza en 1988 y de la capital aragonesa ya no se movió hasta 1996 cuando desapareció el club. Del Amway se marchó al Tau de Vitoria (1996-97) y luego al Joventut (97-02), con el que consiguió su segundo título de Copa del Rey (el primero fue en 1989 con el CAI). Entre el 2000 y el 2002 jugó en el Fuenlabrada, desde donde pasó al Auna Canarias, su última estación antes de regresar a su casa.

Esta temporada está siendo tormentosa para Murcia. Ha jugado once partidos, a razón de once minutos. En ese tiempo, sólo ha sido una vez titular y Julbe lo ha utilizado habitualmente como tercer pívot. Sus porcentajes de tiro no han sido buenos: ha acreditado un 40% de dos, un 10% de tres y un 50% de tiros libres. Sólo ha anotado 36 puntos.