La carrera de Fran Vázquez está ligada irremediablemente a su trayectoria en la Copa del Rey. El pívot gallego se ha ganado un puesto entre los más grandes de la competición por su talento y constancia. Una carrera dilatada en la Liga Endesa con más de 18 años, siete equipos y cuatro títulos coperos. Bilbao, Gran Canaria, Girona, Barcelona, Tenerife, Zaragoza y Málaga, capital de la Costa del Sol, donde dio sus primeros pasos, cumplió tres etapas y logró hace ya quince años su primer título copero, tras batir al Real Madrid (80-76) en la que ahora es su casa, la pista del pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza. «Cada título que ganas es distinto. Es un momento diferente de tu vida y de la historia de cada club, además de todo lo que conlleva en el esfuerzo, el trabajo de equipo… Guardo todos como un grato recuerdo y la misma ilusión que si fuese el primero», asegura Fran.

Para conocer el recorrido de Vázquez en esta competición basta con hacer un repaso a la historia del torneo. Al igual que en la Liga ACB, ocupa el primer puesto en el ránking de taponadores seguido de figuras como Andrés Nocioni o Fernando Romay. En la temporada 2009-2010 consiguió alzarse con su tercera Copa del Rey a lo que añadió el título de MVP del Torneo. «Por quedarme con uno me quedaría con la Copa de Bilbao por el MVP porque no me lo esperaba», confesó el gallego, que acumula cuatro entorchados y luchará este fin de semana por levantar el quinto con el Casademont Zaragoza. Con esta edición entrará en el Top 10 de participaciones y dependiendo del camino que siga el equipo, podrá superar en partidos a Jordi Villacampa y Alberto Herreros, dos históricos del Joventut y Real Madrid. «A mí como jugador se me ponen los pelos de punta porque es un ambiente bonito, ver cómo las aficiones se unen animando a sus equipos», valora Fran Vázquez.

Historia viva de la competición, con 36 años, el pívot afronta su segunda campaña en el Casademont en la parte final de su carrera. El equipo llega en su mejor momento de forma tras su reciente nacimiento en el 2002. Tercero en la ACB, clasificado en competición europea, récord de victorias hasta el momento y una confianza enorme en el grupo. «Llegamos bien. La derrota ante Manresa nos ha venido bien en parte para ver dónde nos hemos equivocado. Creo que nos sirve para encarar el siguiente partido con las ideas más claras», afirma el gallego, que es una voz autorizada dentro del vestuario de Fisac y conocedor de las dificultades de avanzar en una competición como esta. «Si tienes un mal día, te vas a casa. Es lo bonito de la Copa, que cuando pierdes te vas con rabia pero cuando vas preparado sabes que el primer partido hay que jugarlo tranquilo, dejar los nervios fuera y disfrutarlo más», confía el gallego.

Regresa a Málaga, donde vivió grandes momentos de baloncesto. «Siempre me han recibido con cariño y eso es de agradecer. Tengo un aprecio muy grande a la afición y a la ciudad», afirma el gallego, que se permite el lujo de aconsejar a los más jóvenes. «A mí me dijeron ‘disfruta del momento’. No hay una clave o una fórmula mágica. En el momento de jugar, hay que centrarse y dejar todo a un lado», concluye.