Marisa González es una excepción dentro del fútbol aragonés. Apenas se conocen casos de presidentas de fútbol en nuestra comunidad. Y la zaragozana es una rara avis. González es la máxima dirigente de La Unión La Jota Vadorrey, una de las canteras más multitudinarias del fútbol aragonés con sus casi 400 deportistas. "Estoy vinculada al fútbol por mis hijos. Desde hace diez años estoy en la junta directiva del Vadorrey. Ya estaban cansados de tantos problemas, pidieron ayuda en una reunión de socios y me apunté", recuerda la animosa directiva.

Fue en julio del 2009 cuando comenzó una nueva etapa en la entidad de la margen izquierda. "Por aquel entonces se unieron los equipos de La Jota y Vadorrey. Se vendió por parte de las autoridades locales que se iban a hacer dos campos de fútbol 11 y al final nos quedamos en uno. Por eso se tuvo que realizar la fusión, pasando a llamarse La Unión", explica Marisa González.

Se convirtió en un macroclub, el que tenía mayor número de equipos en Aragón. Un total de 30 escuadras. "El proceso de fusión fue bastante laborioso. Eran dos clubs del barrio que tenían su rivalidad. El primer año el presidente fue Marco Ramos. La siguiente temporada le sucedí en el cargo. Ahora tenemos 23 equipos".

Santiago Ramos es el director deportivo de La Unión. Desde los noventa está ligado al club. "Jugué en Huesca, vivía en el barrio y bajaba a entrenar al campo de tierra de Vadorrey. Trabé amistad con la gente que llevaba el club y me picó el gusanillo de entrenar a un cadete", explica. Para Ramos, la fusión tenía que traer cosas positivas. "Al no hacer un campo para La Jota y otro para Vadorrey, nos hizo forzar la máquina. De la cantidad sale la calidad y a peor no iremos. A largo plazo tenemos que ir a mejor con la fusión. En prebenjamines, benjamines y alevines somos una potencia en Zaragoza. Hacemos trabajo de largo recorrido", dice Ramos.

Marisa González explica cuál es la seña de identidad. "Al hacer la fusión, mantuvimos todos los críos, buenos, malos y regulares, mientras hubiera espacio para poder entrenar. Lo importante es que todo el mundo pueda jugar. No hace falta ser Maradona o Messi, aunque los tenemos. Se puede competir y a la vez, hacer una labor social. Casi todo el mundo es del barrio y es bueno que los niños estén en su entorno", dice la presidenta.

El hándicap

El gran problema es la carencia de espacio para que jueguen tantos equipos el fin de semana. Pese a todo, la solución será la construcción en breve de un campo de fútbol 7. "Hay que hacer encaje de bolillos para meter a tantos equipos. Manejamos quince partidos el fin de semana. Empezamos a las ocho y cuarto de la mañana del sábado y terminamos a las seis de la tarde del domingo. A otros clubs con menos equipos les sobran campos y los alquilan. Nosotros no podemos ingresar ese dinero extra", apunta Ramos.

El gran escaparate del club es el Torneo de San Jorge Cup, que este año alcanza su cuarta edición (17 y 18 de abril). "Nació en La Jota para captar niños del barrio. Pero hemos cambiado la orientación y ahora vienen equipos de fuera como el Tudelano, el Huesca, el Atlético Teruel, Argelés de Francia, la Floresta de Tarragona y el Real Zaragoza". En el campo de La Unión se juntan en dos jornadas 200 benjamines y alevines. "Se verá fútbol del bueno. Estos equipos tienen un nivel envidiable. Las finales benjamines del año pasado fueron históricas. Juegan a fútbol y no dan un patadón", acaba Ramos.