Para Montañeros de Aragón de Barbastro era el día más esperado. Desde el jueves hasta el domingo se iba a disputar en Aramón-Cerler una de las competiciones de mayor envergadura en la historia en la modalidad de esquí de montaña. Eran los Campeonatos de España en las modalidades de cronoescalada, esprint, individual y relevos, que estaban integradas en el XXI Memorial del Recuerdo. Se habían inscrito 250 especialistas de toda España y se podría haber ampliado a los 300.

El jueves, a las 9 de la mañana, salieron los esquiadores de relevos. Pero al final de la competición se decidió suspender el resto de pruebas por la problemática del coronavirus. «Iban a ser los mejores Campeonatos de España de la historia con la mayor participación. El personal de la Federación Española (FEDME) nos dijo que era propio de las competiciones de la Copa del Mundo. Se hizo un trabajo admirable de Montañeros de Aragón de Barbastro», indica Eduardo Batista, el director técnico de la carrera.

Cuando acabó la competición de relevos se tomó la decisión. «Tuvimos dos sensaciones, la de alivio por descargar la mochila de esa carga moral y, por otro lado, el trabajo previo veíamos que había sido en vano, pero las circunstancias requerían la suspensión». El mal es menor puesto que la FEDME garantizó que Montañeros de Barbastro podría repetir la competición el año que viene. «Nos dijeron que eran nuestros sin hacer la solicitud», explica Batista.

Ayer por la mañana llegó el triste momento de ir retirando toda la infraestructura que tanto había costado montar. «En la estación hemos recogido el circuito de relevos y las redes, los palos y las banderas del esprint. También hemos recogido las banderas del recorrido del sábado. Pero se puso a llover y no nos podíamos meter un grupo a limpiar por según que lugares por el riesgo y lo dejamos para la semana que viene», dice Batista.

El jueves y el viernes se celebraban los Campeonatos de España por relevos y esprint y el sábado el Nacional individual. «Salía de Ampriú y se ascendía a Basibé, de 2.727 metros de altitud totalizando 1.845 de desnivel». El domingo se disputaba la cronoescalada desde Ampriú hasta el Pico Gallinero.

Tras la primera carrera que hicieron 42 esquiadores se suspendió la competición. «Desde el club teníamos una presión social y moral por la evolución de los contagios por coronavirus. Otras federaciones de otros deportes estaban anulando sus competiciones. Llamé a José Masgrau, el presidente de Montañeros de Aragón, y Luis Masgrau, el presidente de la Territorial y decidimos hacer un comunicado a la FEDME proponiendo suspender los Nacionales». Después se convocó un gabinete de crisis en Benasque. «La decisión fue consensuada por el club, la Territorial y la Federación Española. Formaban parte de esa reunión Joan Garrigós, Bernat Clarellá, Manel Fontanet, Lluis López y yo».

Desde el principio de la semana era patente la amenaza de la suspensión. «En el inicio de la competición se respiraba un ambiente enrarecido y no estábamos disfrutando con lo que hacíamos. Por eso hice esas llamadas a los Masgrau», explica. Los canales de comunicación con el Consejo Superior de Deportes y el Gobierno de Aragón eran la Federación Española y la FAM. «Nadie decía nada desde arriba para que dieran algún tipo de directriz y Carmen Maldonado, la gerente de la FAM. mandó un comunicado al Gobierno de Aragón para que se pronunciaran. Estas gestiones se podrían haber hecho el jueves a primera hora», indica.

La organización ya tomó varias medidas antes de las competiciones. «La entrega de dorsales intentamos que no se colapsara y entraban los participantes de uno en uno. En la reunión técnica solo podía haber un tercio del aforo y estaban seleccionadores y técnicos. Y en la entrega de trofeos no se darían ni besos, ni felicitaciones», concluye el director técnico de la prueba.