Rafael Nadal sufrió ayer lo que no está escrito antes de sucumbir en los octavos de final de Wimbledon ante el veterano luxemburgués de 34 años Gilles Muller, que le derrotó en un larguísimo partido de cuatro horas y 45 minutos por 6-3, 6-4, 3-6, 4-6 y 15-13 en una última manga que sobrepasó largamente las dos horas. En un partido épico, Nadal luchó hasta el final, remontando dos sets y salvando cuatro bolas de partido en el quinto antes de ceder en un torneo en el que ha sido dos veces campeón y finalista tres. Este año no podrá ser. Se quedó en octavos en un dantesco partido en el que Muller le sorprendió hasta el final.

Las cosas ya no empezaron bien para Rafa, que cedió el primer set en media hora. Muller le dominó siempre con su juego agresivo, potentes golpes y, especialmente, con un poderoso saque con el que lideraba la clasificación de aces de Wimbledon con 72 antes de comenzar el partido. Pero el tenista luxemburgués no solo basó su juego en eso. Muller fue agresivo y valiente en sus golpes para buscar la rotura que logró en el sexto juego (4-2) y ya no dejó escapar esa ventaja ante la sorpresa de Toni Nadal y Francis Roig, los técnicos del mallorquín, que se miraban extrañados por la falta de respuesta de un Nadal que, por no jugar agresivo, no hizo ni un error no forzado. Muller arriesgó (13 ganadores, 4 aces y un 88% de efectividad con el primero) y tuvo premio. La racha de 28 sets consecutivos desde el primer partido de Roland Garros de este año se rompió para Nadal.

En el segundo set parecía que el español tomaba la medida cuando mantuvo la igualdad hasta lograr sus primeros puntos de break en el octavo juego (15-40), pero no aprovechó la oportunidad en ninguna de las dos. Muller tuvo suerte, primero con una bola que dio en la red, y después lo resolvió con un ace y un par de puntos ganadores. No solo eso, en el siguiente, el luxemburgués rompió el servicio de Nadal por tercera vez para encarrilar su segundo set en 41 minutos.

Nadal estaba contra las cuerdas. Todo o nada. Quedaban tres sets y debía ganarlos todos. Un reto de los que le gustan. Su grito de «¡vamos!» cuando logró hacer el primer break a Muller (3-1) tras una hora y media de partido fue la mejor señal. El bicampeón de Wimbledon tomaba al fin el mando. No desaprovechó la ventaja para salvar el primer KO. Y de nuevo otro grito huracanado de «¡vamos!» para anunciarle a Muller que no estaba dispuesto a tirar la toalla. Así rompió el servicio rival en el quinto juego (3-2) del cuarto set para confirmar su decisión de marcharse victorioso de la pista número 1. Muller ya no era el mismo.

Pero el quinto set se complicó para Nadal, que debió salvar dos bolas de partido con 4-5 y 15-40, pero con un servicio a favor que le sacó del apuro. Luego, Nadal resolvió otros dos match point con 9-10 y servicio. Ya no hubo más roturas en esta manga hasta el momento de la verdad, un break en el 28º juego a favor de Muller, que sentenció en su quinta bola de partido y dejó a Nadal sin sus 32 cuartos de final en un Grand Slam y sextos en Wimbledon.

El próximo rival de Muller, mañana, será un sacador aún mejor, el croata Cilic, campeón del Abierto de EEUU, número 6 mundial y que en octavos eliminó al castellonense Roberto Bautista por un triple 6-2. El tenis español se ha quedado sin representantes en el cuadro masculino, mientras que en el femenino Garbiñe Muguruza, finalista en el 2015, jugará hoy en cuartos contra la rusa Kuznetsova tras derrotar a Kerber por 4-6, 6-4 y 6-4.