Rafael Nadal afronta hoy (9.30 horas, Eurosport) su quinta final del Abierto de Australia (donde fue campeón en el 2009) con objetivos muy ambiciosos, que de lograrlos lo situarían en la leyenda del tenis. En su 53º duelo directo con el actual número 1, el serbio Novak Djokovic (que persigue su 15º grande y su 7º título en Australia, uno más que Roger Federer y Roy Emerson), el tenista mallorquín, número 2 mundial, conseguiría en caso de victoria su 18º título de Grand Slam (a dos de Federer) y, lo que es más significativo, ser el primer tenista en la era profesional (desde 1968) en tener en su palmarés los cuatro torneos del Grand Slam como mínimo dos veces. Una gesta solo al alcance del propio Emerson y de otro australiano, Rod Laver.

Ambos reeditarán hoy la final de la edición del 2012, la más larga de la historia en torneo Grand Slam tras rozar las seis horas de encuentro, en un duelo decisivo para ambos.

Nadal, quien no cedió ningún parcial en rondas previas, no empañó su pletórico estado de forma en los partidos de cuartos y semifinales, frente al estadounidense Frances Tiafoe y el griego Stefanos Tsitsipas (14), para alcanzar la que será su quinta final a orillas del río Yarra.

Por su parte, el actual número uno, a pesar de que se presentó en su major favorito como principal candidato al título, comenzó su andadura a un ritmo menor que su próximo rival e hizo saltar las alarmas tras su partido en octavos de final frente al ruso Daniil Medvedev (15), el que superó en cuatro sets, aunque superó las rondas siguientes con facilidad.

Al contrario que Nadal, Novak Djokovic fue infalible en todas sus finales disputadas en la capital del estado de Victoria, ya que venció las seis que disputó.