"Espero que Djokovic gane algún año aquí porque se lo merece". Estas palabras, acordándose con deportividad de su gran rival, han sido las primeras que ha pronunciado el nueve veces campeón de Roland Garros una vez finalizado el partido. Feliz y emocionado, el mallorquín no ha sido capaz de contener las lágrimas cuando ha recibido la copa de los mosqueteros.

"El tenis me ha devuelto lo que me quitó en Australia", ha declarado refiriéndose a la final que perdió contra Wawrinka por unos problemas en la espalda que le torturaron aquel día. "Ha sido un año difícil, he trabajo muchísimo y ahora estoy muy feliz".

"Ganar el segundo set ha sido clave porque si no hubiese sido imposible derrotar a Djokovic", ha comentado Rafa sobre el partido. "Nole te lleva al límite física y mentalmente".

"Felicito a Nadal y a todo su equipo por el triunfo. Lo he intentado con todas mis fuerzas pero Rafa ha sido mejor, el año que viene volveré a intentarlo", se ha lamentado Djokovic. El serbio, honesto en la derrota, ha reconocido el nivel de su rival: "Cuando yo me encontraba mejor, él ha subido su nivel y ha ganado los puntos clave. No hay más que ver sus números aquí para darse cuenta de lo difícil que es ganarle, solo ha perdido una vez. A 5 sets es muy complicado.

"En este tipo de partidos aparecen los mejores jugadores", ha declarado Nole. "Hay que poner las cosas en perspectiva. He perido, pero mi vida es una bendición y el hecho de que los aficionados sigan apoyándome hace que tenga más ganas de volver.

Djokovic, eso sí, se marcha de París lanzando una promesa: "Hasta el final de mi carrera voy a pelear por ganar este torneo al menos una vez".