Espectacular, brillante, grandioso, estremecedor y sumamente atractivo, así fue el macroprograma radiofónico de la pasada madrugada que Juanma Castaño, líder de la noche deportiva con ‘El Partidazo’ de la Cadena COPE, y José Ramón de la Morena, director de ‘El Transistor’ de Onda Cero (al parecer, Manu Carreño, de la Cadena Ser, declinó participar en el programa), protagonizaron a favor de Cruz Roja y, muy especialmente, del reto liderado por Rafa Nadal y Pau Gasol ‘Nuestra mejor victoria’, con el que intentan recaudar 11 millones de euros (“ya llevamos 7 ¡vamos! ¡vamos!”, contó el baloncestista) para ayudar a las 1.350.000 personas más desprotegidas de España.

En el programa, en el que, además de Nadal y Gasol, intervinieron buena parte de los mejores deportistas españoles de la historia (Fernando Alonso, Carlos Sainz padre e hijo, Sergio Busquets, Iker Casillas, Carolina Marín y Ona Carbonell), junto al tenista serbio Novak Djokovic, instalado estos días en Marbella, en casa de su hermano, se habló de todo pero, sobre todo, del drama que se está viviendo en España y en todo el mundo a causa de la pandemia del coronavirus. Desde luego, tal y como señaló Nadal, “lo que menos me preocupa ahora es mi forma física, sí, igual me he salido algo de peso, el tenis y volver a jugar; lo importante ahora es que ayudemos a los que más lo necesitan y, sobre todo, que salgamos lo mejor posible de este mal sueño”.

Todos los presentes en el programa reconocieron que los más doloroso de la pandemia “es perder a un familiar, compañero o amigo y no poder despedirlo”, señaló Gasol, “como, posiblemente, nos ha pasado ya a más de uno de nosotros. No poder dar ese último abrazo, no poder despedirte de él, ni siquiera poder enterrarlo, eso debe ser horrible, horrible”. Gasol, que se encuentra confinado en casa de la familia de su esposa en Estados Unidos, aseguró que “juntos saldremos de esta” y repitió que agradecía la ayuda a #CruzRojaResponde “donde ya hemos superado los 7 millones de euros, pero aún necesitamos más”.

El desencanto de Rafa Nadal

Nadal reconoció que, al inicio del confinamiento, “veía mucho la televisión, leía mucho y oía las radios para saber lo que estaba pasando, no tenía ganas de hacer nada, estaba muy, muy, afectado, vivía sin demasiada ilusión, estaba desganado y todo se me hacía muy cuesta arriba”. Luego, tras conseguir impulsar este reto, “empecé a ser más positivo y solo pienso en ayudar como sea”. El tenista mallorquín reconoció que cuando llegó a Indian Wells para disputar el torneo “ya me dí cuenta que algo grave iba a ocurrir pues los trabajadores de la casa del dueño del torneo, en la que me suelo hospedar cada año, ya me recibieron con mascarillas, guantes y se disculparon por no darme la mano”.

El tenista reconoció que, en estos momentos, el regreso a la competición “ni es prioritario para mí ni me preocupa”. Eso sí, al aparecer Djokovic en antena, ambos comentaron que llevan días, horas, hablando continuamente “porque, a través del ‘consejo de tenistas’ estamos tratando de articular una manera, un sistema, de ayuda a todos los tenistas de la ATP y gente de nuestro deporte para que puedan sobrevivir a esta dura situación, pues no todo el mundo tiene la suerte y el privilegio de ganar la vida como nos la ganamos los 100 primeros del mundo”.

El deporte, en segundo plano

“¿Jugar a puerta cerrada?, bueno, si hay que jugar a puerta cerrada, se juega pero, insisto, volver a jugar no está, ahora, entre mis prioridades”, señaló Nadal, que recordó que “el tenis es uno de los deportes más globales que existen, nosotros no podemos, como puede ocurrir en la Liga española, encerrarnos, por así decirlo, en un solo país y conseguir acabar el campeonato de fútbol. Nosotros somos muchos, nuestros equipos, árbitros, organizadores y demás que nos movemos a lo largo y ancho del mundo, cambiando cada semana de país y para volver a poner en marcha todo eso se requiere una seguridad que ahora ni existe ni, según veo, vamos a conseguir en las próximas semanas o meses”. “Ahora debemos superar esta tragedia y ya hablaremos más delante de volver a jugar”, sentenció Nadal.

Antes de que se despidiese Nadal, Djokovic, no solo reforzó las palabras de su compañero y rival en la pista sino que aseguró que “todos, mal o bien, nos seguimos manteniendo en forma, todos estaremos listos para volver a jugar cuando se pueda pero, ahora, desde luego, lo que toca es encerrarse en casa, ayudar a los más necesitamos y tratar de que esto pase lo más rápidamente posible”. El fabuloso tenista serbio reconoció que en España y, más concretamente, en Marbella, se encentra “de maravilla, tanto que, muy probablemente, acabaré instalándome en España, pues todo es estupendo”.

Alonso, que recibió críticas por insinuar que en España se había reaccionado mal a la pandemia (“mi novia es italiana y tengo socios chinos y sabía la que se nos venía encima, por eso dije lo que dije”), aseguró que “esta tragedia nos ha sorprendido a todos empezando por los políticos, los científicos, los médicos, los investigadores, todos creíamos que sería algo menor y se ha convertido en un auténtico drama”.

La familia Sainz, a tope

El piloto asturiano, bicampeón del mundo de F-1, campeón del mundo de resistencia, ganador de las 24 Horas de Le Mans, agraceció a Nadal y Gasol la iniciativa que pusieron en marcha. “Es un gesto precioso y muy necesario y, pese a que yo ya estaba ayudando a UNICEF a comprar equipos de protección y otras muchas cosas, enseguida puse mi granito de arena en esta maravilloso y muy necesaria iniciativa”. Alonso compartió un rato de conversación con Carlos Sainz, padre e hijo, y acabó reconociendo que a él tampoco le preocupa su presente y futuro deportivo “desde luego, no antes de que salgamos de esta”.

Los Sainz compartieron la versión de todos y recordaron que en sus últimas actividades deportivas, en sus últimos retos competitivos, ya empezaron a tener la sensación de que iba a ocurrir algo grave. “El Dakar”, contó Sainz padre, “fue, sin duda, la última gran competición que pudo celebrar con normalidad y hay gente que cree que algunos de los que debieron abandonar antes de la segunda semana, es más, yo tengo un amigo y compañero de caravana que tuvo que ingresar en un hospital de Arabia Saudí con doble neumonía, padecieron de coronavirus, pero no puedo asegurarlo porque no se ha comprobado del todo”.

El cambio de Casillas

Sainz Júnior, piloto de McLaren, reconoció que cuando el jueves del Gran Premio de Australia, que se iba a celebrar y, finalmente, se suspendió porque los pilotos se plantaron, se disponía a prepararse para los entrenamientos del día siguiente “ya vi que España se estaba liando una gorda y seria y pensé ‘pero, bueno, que hago yo aquí, lejos de mi país, lejos de mi familia, esto no puede ser, tengo que regresar cuanto antes”. Sainz hijo reconoció que “lo menos importante ahora es volver a correr, aunque la esperanza es lo último que se pierde, lo que sí quiero es empezar a ser positivo y animar a la gente a que siga confinada e ilusionada con que a esta pandemia, por mucho daño y dolor que nos provoque, la vamos a ganar juntos”.

Aparecieron también Iker Casillas y Sergio Busquets, que bromearon en su introducción, pero hablaron de sus distintas situaciones personales. “Yo, tras mi grave susto con el corazón, he de ir con mucho cuidado y así me comporto, pero tengo la suerte que en Portugal reaccionaron pronto y bien y el virus parece más controlado que en otros sitios”. Eso sí, Casillas, que en lo que menos piensa es en ganar las elecciones a la Federación Española de Fútbol, reconoció que “a mucha gente le va a cambiar la vida esta situación ¡vaya que sí!, le va a cambiar las prioridades, la manera de hacer, pensar y actuar. El Iker de antes del infarto no es el Iker de ahora, no tiene nada que ver”.

Busquets y volver a jugar

Busquets, que reconoció estar siguiente como el resto de compañeros del Barça “todo el programa de entrenamiento, limitado, claro, que cada semana nos envían nuestros preparadores físicos”, contó que “es más duro ser padre, ejercer de padre, que actuar de futbolista, sobre todo si no puedes salir de casa con tus hijos, sí, sí, es durísimo”. El centrocampista azulgrana reconoció que “ver la tele te ponía malo”. Y, sí, también ‘Busi’ cree que “el regreso a la competición va a ser muy complicado pues, primero, tenemos que volver a entrenarnos juntos, lo que no parece fácil, no”.

Finalmente, Carolina Marín, la campeonísimo mundial de bádminton, y la reina de las medallas de la natación sincronizada, Ona Carbonell, embarazada de seis meses, comentaron que se toman la situación con filosofía y mucha disciplina. “Yo, ya veis, llevo cinco semanas sin coger una raqueta y un volante, así que, cuando la coja, no sé qué será de mí, la verdad”, explicó Carolina, que se encuentra confinada en casa de su madre en Huelva. “Lo que más encuentro a faltar es no poder ver, abrazar y besar a toda mi familia de aquí, de Huelva, ahora que no compito por todo el mundo”.

La tortilla de Ona Carbonell

Por lo que hace referencia a Carbonell, cuyos padres son médicos, reconoció que va con mucho cuidado con todo, que se está convirtiendo en una gran jugadora de tenis de mesa y que “haber ganado el MasterChef Celebrity3 me ha permitido meterme en la cocina con ilusión y, en ese sentido, lo que quiero, desde aquí, además de felicitar a Rafa y Pau por su maravillosa y necesaria iniciativa, pues los deportistas debemos estar agradecidos al cariño que nos profesa la gente, es animar a la gente a que no compre comida hecha sino que improvise con las cuatro cosas que tenga en la nevera”.

Y Carbonell no quiso despedirse sin dar un consejo “para que la tortilla a la francesa salga mucho más esponjosa y rica: hay que añadirle un poquito de cerveza”. A lo que José Ramón de la Morena añadió enseguida: “¡Va!, ese es un truco que yo aplicó desde hace mucho y, sí, es estupendo. ¿Y a las lentejas, tú les añades choricito?”, le pregunto a Ona. “Por supuesto, por supuesto”.