Nunca antes Rafael Nadal había encajado tres derrotas en la gira europea en tierra; nunca antes había dejado escapar tres títulos antes de jugar el Grand Slam que más veces ha ganado un tenista en toda la historia del tenis. Ocho títulos y una sola derrota en nueve participaciones en Roland Garros avalan un dominio tan aplastante que ahora, por esos partidos perdidos y otros en los que se le ha visto sufrir como nunca antes, se levantan dudas sobre cómo afronta el campeón mallorquín la conquista por novena vez de la Copa de los Mosqueteros.

Nadal fue el encargado de dar el pistoletazo de salida del Roland Garros, ayer en la ceremonia del sorteo del cuadro junto a Serena Williams, campeona del torneo femenino el año pasado. El número 1 mundial, que se encuentra en París entrenando desde el miércoles, aseguró que llega "con energías renovadas y preparado para la lucha y hacerlo lo mejor posible". El tenista mallorquín siente que poco a poco está mejorando en su juego y que ya no tiene la ansiedad que demostró en los anteriores torneos, especialmente en Montecarlo y Barcelona.

"Es cierto que perdí algunos sets que no debía haber perdido, pero la actitud siempre ha sido buena y ahora llego preparado para la lucha". Nadal quiere olvidarse de lo sucedido durante la temporada de tierra este año. "Creo que he ido mejorando, la semana pasada jugué muchos minutos y eso, a veces, es necesario. Estoy contento por la forma en la que acabé en Madrid y en Roma, no en Montecarlo y Barcelona, donde me mostré demasiado ansioso". Curiosamente, en su camino del cuadro de este Roland Garros Nadal se podría cruzar con Almagro y Ferrer, dos de los rivales que le han derrotado en la gira europea de tierra. Por su zona van también el escocés Andy Murray y el suizo Stan Wawrinka --como el suizo ha pedido a la ATP que se le llame--, que le ganó en la final del Abierto de Australia. Una derrota que a Nadal le ha costado olvidar.

Por su parte, Novak Djokovic se presenta como el hombre fuerte y gran rival de Nadal. El número 2 del mundo, eliminado en cuartos de final del primer Grand Slam, en Melbourne, ha tomado la directa tras conquistar de corrido Indian Wells, Miami y Roma; los dos últimos ganando la final a Nadal.

EL PELIGRO SERBIO "Me siento cada día más cerca de ganar Roland Garros", asegura el tenista serbio, que en esta temporada de tierra cayó en las semifinales de Montecarlo y no jugó en Madrid, por un problema en la muñeca, antes de anunciar su próxima paternidad y reaparecer triunfalmente en el Foro Itálico. "Ganar a Nadal en tierra es poco habitual y me da confianza", dijo.

Nadal y Djokovic son los indiscutibles favoritos y eso no lo ponen en duda ni el resto de candidatos. "Están lejos del resto", aseguró ayer Wawrinka, número 3 mundial y campeón en Montecarlo, pero que en el resto de la temporada de tierra se ha mostrado excesivamente irregular. Aún más lejos que el suizo aparecen en la lista de favoritos su compatriota y exnúmero 1 mundial, Roger Federer, reciente papá de gemelos, que no llega con el ritmo de juego suficiente para afrontar el Grand Slam más duro para él. Un torneo que solo pudo ganar en el 2009, sin Nadal al otro lado de la red, al contrario de lo sucedió entre el 2006 y el 2008, cuando el mallorquín frustró sus ilusiones.