Tres semifinales y el título en Roma. El balance de la gira europea de tierra de Rafael Nadal antes de llegar a Roland Garros le presenta nuevamente como el favorito a batir en un escenario en el que este año busca morder su duodécima copa de los Mosqueteros desde que levantó la primera en el 2005. Hasta conquistar hace una semana su noveno título en el Foro Itálico ante el actual número 1 mundial, Novak Djokovic, el tenista mallorquín no había encontrado sus mejores sensaciones y no estaba satisfecho de su rendimiento.

Nueve meses después de su último título en el Masters 1.000 de Canadá, Nadal ha logrado la victoria en el momento más oportuno para llegar preparado para su 'Misión RG XII', y así lo anunciaba en su Twitter: "Siempre trabajo con un objetivo, y el objetivo es mejorar como jugador y como persona. Listo para #RG19".

Nadal había caído en semifinales en Montecarlo ante Fabio Fognini, con un 6-0 que le dolió mucho. "Es el peor partido que he jugado en mucho tiempo", rconoció. Después en Barcelona, en la misma ronda, fue Dominic Thiem quien le eliminó, aunque en ese partido sintió que "había subido unos cuantos escalones". A pesar de la derrota recuperaba buenas sensaciones.

INYECCIÓN DE MORAL

En Madrid sería Stefanos Tsitsipas quien le cerraría el paso. No eran buenas noticias en el camino a París. Por eso la victoria ante Djokovic en Roma ha sido la inyección de moral que necesitaba, aunque Nadal es el primero en saber que el número 1 mundial no llegó a esa final en su mejor forma tras dos maratonianos partidos en cuartos ante Juan Martín Del Potro (salvó dos 'math balls') y en semifinales contra Diego Schwartzman que le forzó también a los tres sets.

El campeón mallorquín tiene motivos para afrontar con optimismo la defensa del título en Roland Garros, que empezará el lunes. "Ganar en Roma significó mucho para mí. Ha sido mi primer título del año, algo que necesitaba, aunque lo más importante es sentir que he recuperado mi nivel de juego. Deseo empezar Roland Garros. Ganar el título? Ya veremos", dijo en el sorteo del cuadro celebrado el jueves en los centenarios invernaderos de la Orangerie de París.

Djokovic se presenta como el gran rival de Nadal de nuevo en París para una final que apunta a ser la repetición de Roma, aunque tienen que superar seis partidos antes. El tenista serbio llega con los deberes hechos en la gira de tierra después de su título en Madrid y la final en Roma, de la que no se sentía satisfecho. "No estuve a mi mejor nivel. Rafa jugó mejor que yo. Me sentí falto de energía. Pero esa dureza me ha venido bien de cara a Roland Garros", ha dicho el tenista serbio al que le espera un duro camino con rivales como el croata Borna Coric, el canadiense Denis Shapovalov, el alemán Alexander Zverev hasta cuartos y Dominic Thiem a Juan Martín Del Potro, en unas teóricas semifinales. "Creo que va a ser un torneo realmente interesante y donde Nadal es el gran favorito, sin duda", ha valorado.

MÁS CURTIDO

Junto a Djokovic, entre los pocos que pueden abortar un nuevo triunfo de Nadal, aparece en todas las listas el austriaco Thiem. Finalista el año pasado en Roland Garros, se presenta más curtido y experimentado para afrontar el reto. El austriaco, a sus 25 años, se ha ganado el respeto con su primer Masters 1.000 en Miami y se ha colocado entre los cuatro primeros del mundo, desplazando al alemán Alexander Zverev, en una preocupante baja forma y que parece desaparecido en todas las quinielas. "Dominic está jugando muy bien. Puede ganarnos a cualquiera y en tierra está al máximo nivel", asegura Djokovic, después de eliminar al austriaco en las semifinales de Madrid. En la gira europea de tierra Thiem se ha apuntado el único título en Barcelona, donde eliminó en semifinales a Nadal. En Madrid cayó ante Djokovic.

No parece que Roger Federer, campeón en el 2009, pueda ser el tercer gran favorito en París como señala su actual ránking. El exnúmero 1 mundial vuelve a Roland Garros después de tres años ausente desde que cayó eliminado por Stan Wawrinka, en cuartos, en el 2015. A sus 37 años, la dureza a la que obliga el torneo, con partidos a cinco sets y ante especialistas de tierra, sus acciones van a la baja. La decisión de volver parece más una cuestión de marketing y encaminada a preparar su asalto a Wimbledon, donde el año pasado pagó la falta de ritmo. En la gira de tierra Federer ha ganado cuatro partidos en dos torneos. Cayó ante Thiem el cuartos y en Roma abandonó por lesión tras ganar Coric en un durísimo partido.

NUEVA GENERACIÓN

Si Djokovic y Thiem apuntan como los grandes rivales de Nadal, los tres saben que entre el resto de 125 jugadores que están en el cuadro hay nombres que pueden amargarles el torneo en un día malo. De entre ellos sobresale el griego Stefanos Tsitsipas al que las apuestas sitúan como cuarto favorito al título con 19 a uno por euro apostado, lejos de Nadal (1,90), Djokovic (3,50) y Thiem (7,50).

El joven tenista ateniense, de 21 años, se ha consolidado como líder de una joven generación con talentos como el propio Zverev, los rusos Khachanov y Medvedev (finalista en Barcelona) o el canadiense Felix Auger-Aliassime, que estrena categoría de cabeza de serie (número 25) en París. En la lista de jugadores a evitar y marcados en en rojo están los argentinos Juan Martín Del Potro o Diego Schwartzman, uno en franca progresión, junto al italiano Fabio Fognini, campeón de Montecarlo, pero siempre muy irregular.