Le dicen Napoleón como si hubiera ganado las batallas de Ulm o la de Austerlitz. Lo visten en la imaginación con el uniforme de Bonaparte para resaltar su imponencia. Marcelo Gallardo se ganó esos honores de los hinchas de River a fuerza de títulos, pero especialmente, por doblegar a Boca Juniors en todas las circunstancias. Este año, se impuso en un partido amistoso, dos ligas locales y, por sobre todas las cosas, en el mismísimo Bernabéu.

Si se pudo todo eso, por qué sería imposible derrotar al Real Madrid en el mundial de clubes? Eso preguntan los hinchas. Si nos dejamos llevar por las cualidades de los planteles, no podemos competir con semejantes potencias. Pero este equipo ya demostró que puede prestarse a jugar este tipo de partidos con cualquiera y seguramente será competitivo, aseguró el Muñeco, y los de River le creen.

En 2015 enfrentamos a uno de los mejores equipos del mundo y no tuvimos chance. Ahora veremos, es otro momento, le dijo también Gallardo al diario deportivo Olé, sobre aquella final con el Barcelona que terminó 3-0. El entrenador más exitoso de la historia del club cree que algo se ha aprendido de aquella paliza. Le podemos pelear a cualquiera. Pero para que eso suceda deben sortear otros obstáculos previos.

Por lo pronto, Gallardo y sus jugadores todavía están atravesados por las emociones de la reciente victoria. Quieren disfrutar los últimos ecos de esa hazaña antes. Pase lo que pase en el mundial de clubes, nada borrará lo ocurrido en el Bernabéu. Es un logro extraordinario que no sé si se va a volver a repetir. No piensa que pueda ser superado, ni siquiera por lo que suceda en los Emiratos Árabes a partir del 12 de diciembre. River, insistió, ha tenido el triunfo más grande de la historia. Nada se compara con haberle arrebatado la Libertadores al rival de toda la vida.

Gallardo sabe no obstante que la felicidad es efímera y que en el fútbol siempre se vuelve a comenzar. Ya se ganó en Madrid. Ahora se trata de imponerse ante el Madrid, siempre que se pase a la final. Recuerda en ese sentido que en 2015 le costó a River llegar a la instancia definitiva de ese torneo. Sentíamos la necesidad de no fallar porque fueron 20 mil hinchas a Japón, con todo lo que significaba que nos acompañaran tan lejos. Y nos querían ver jugar con el Barcelona. Ahora nos van a querer ver con el Real, pero antes tenemos otro partido, y es el peor partido.

Jugar de igual a igual

De lo que está seguro es que River nunca especulará. No hará lo que hizo Boca en el Bernabéu, cuando, después de ponerse en ventaja, trató de preservar el resultado contra viento y marea y después no pudo evitar su naufragio. Especular, insistió el 'Muñeco', no está en la esencia del club que ha obtenido cuatro copas Libertadores.

Queremos ir a ganar. Nos pasó con el Barcelona, que fuimos y buscamos presionar para ver si teníamos chances de disputarle el partido. Y bueno, hasta que nos hicieron el gol fue parejo. Después del primero, te hace uno, te hace dos y te hace cinco si quiere. El entrenador establece un matiz. El Real Madrid no es el Barcelona, pero tiene jugadores tremendos.

Gallardo fue compañero de Santiago Solari en aquel River que ganaba todo a fines de los 90, aunque nunca podía con Boca. Me une una relación muy cercana que siguió después cuando estábamos en Europa o cuando nos encontramos en Montevideo en el momento en que fue a jugar a Peñarol y yo dirigía Nacional. Lo que dice el 'Muñeco' es a estas alturas palabra santa para los hinchas. Por algo le dicen Napoleón. Y por eso los rivales caídos quieren que pronto tenga su Waterloo y muerda la arena del desierto con el sabor de la derrota.