A sus 62 años el nuevo inquilino del banquillo del Gimnàstic de Tarragona de bien seguro que aportará experiencia y conocimiento de una categoría a la que le tiene cogida las medidas. Sus dos últimas aventuras, con Albacete y Osasuna, fueron exitosas.

A los manchegos les salvó holgadamente cuando estaban desterrados en el pozo de la tabla, la campaña pasada, y al Osasuna, en la 2015-2016, le ascendió, contra pronóstico, a la Primera División, llevándose por delante a un Nàstic que se presumía superior.

Una de las primeras vías para comunicar el fichaje del entrenador navarro ha sido la cuenta de Twitter del Nàstic.

Martín es un trotamundos del fútbol que ha pasado por múltiples conjuntos como el Leganés, el Burgos, el Terrassa, el Xerez, el Numancia o el filial del Osasuna. Octavo entrenador del equipo tarraconense en dos temporadas. Una barbaridad inexplicable a la que se enfrenta un técnico que siempre ha sonado para ocupar el liderato del Nàstic. La suerte está echada, el trabajo asegurado, pero la respuesta de los jugadores es una incógnita. Mañana primera sesión de trabajo.

El viejo deseo del presidente del Gimnàstic de Tarragona coge el timón de un equipo sin rumbo. El navarro Enrique Martín deberá lidiar con una plantilla hundida, con los brazos bajados y con una cola de lesionadas que nada fácil le harán su adaptación.