La negativa de la Federación Española de Fútbol (FEF) a unificar los horarios de los partidos de la penúltima jornada de Liga coloca al fútbol español bajo sospecha. El derbi gallego, que se juega hoy en La Coruña, condiciona la recta final del torneo. Cinco partidos dependen del resultado que se dé hoy en el Deportivo-Celta. Una derrota del equipo vigués, unida a otra del Valladolid en campo del Betis, salvaría al Zaragoza, Racing, Albacete, Mallorca y Real Sociedad y le permitiría al Espanyol especular mañana con el resultado de su partido en Son Moix. La victoria del Celta implicaría, sin embargo, aumentar la tensión en los encuentros del domingo en los que está en juego la permanencia y la UEFA.

MALETINES A ESCENA Los famosos maletines también parecen haber entrado en escena. Técnicos y jugadores del Celta y del Valladolid han expresado en privado su temor a que las primas a terceros alteren el desenlace del torneo ya que el Betis y el Depor no se juegan nada y pueden beneficiar a seis equipos con su victoria. "Intento no creerme nada. Ni las primas de terceros por ganar", dijo ayer Antonio Santos, técnico del Valladolid huyendo de las sospechas que corren por la ciudad.

Por si fuera poco, entre los equipos implicados en la lucha por alcanzar una plaza para la UEFA se intuye que puede volver a funcionar el supuesto pacto vasconavarro en el Osasuna-Athletic, por mucho que sus protagonistas se empeñen en negarlo. "Las suspicacias son inevitables. El que quiera enredar y echar leña al fuego diciendo que entre los clubs vascos nos ayudamos, lo hará", afirma el jugador de Osasuna Puñal.

Angel María Villar, que se encontraba ayer en Zúrich participando en el Comité Ejecutivo de la FIFA, se ha desentendido del problema. "No hay normas que regulen los horarios. En los últimos ocho años sólo se ha jugado siempre a la misma hora en la última jornada", declaró ayer un miembro de la FEF. Desde la federación, sin embargo, se asegura que Villar hubiera podido ordenar la unificación de los horarios pero que no lo ha hecho por las fuertes presiones que ha recibido de televisión. Lo que hizo el presidente de la federación, como siempre, fue lavarse las manos y pasar la papeleta al Comité de Competición.

PINTADAS EN RIAZOR Y éste aceptó la propuesta y, pese a las quejas del Celta, partió la jornada en tres días dando lugar a todo tipo de suspicacias. Aunque la mayor, por encima de la alineación de suplentes presentada ayer por un Valencia que sólo piensa en la final de la UEFA, se da en La Coruña. Algunos clubs temen que las instituciones gallegas hayan propiciado un pacto pese a que la afición del Depor clama venganza. Riazor amaneció el jueves con una pintada en la que se leía: "Nos debéis una. Celta a Segunda".

El propio Fran, capitán del Deportivo, ha declarado que no regalarán el partido: "Sé que Horacio Gómez, presidente del Celta, nos pidió que les echáramos una mano, pero aquí no pasa como con los clubs vascos. Vamos a ganar al Celta".

Por eso todos miran hoy a Riazor. Sobre todo el técnico del Racing Lucas Alcaraz: "Confío en la profesionalidad del Depor. Pero a estas alturas estos partidos siempre levantan alguna suspicacia".