De momento, regresó a Barcelona. Es de lo único que existe una certeza absoluta. Neymar aterrizó en El Prat acompañado de algunos de sus amigos. Las previsiones son que este miércoles por la mañana acuda al entrenamiento del Barça en Sant Joan Despí. Y también por la tarde, en la doble sesión programada por Ernesto Valverde. Y otra el jueves y un partido de entrenamiento el viernes en Tarragona frente al Nástic (20.00 horas).

Neymar y el Barça viven al día. El futbolista mantiene en vilo al club, a sus compañeros y a la hinchada con su silencio, alimentando las especulaciones de su marcha al Paris Saint Germain. Y el club espera que acuda al entrenamiento, sin tener tampoco la absoluta convicción de que su asistencia a la ciudad deportiva sea para entrenarse. Nadie descarta que Neymar acuda a despedirse de los compañeros que no han cesado de pedirle que se quedara primero -Gerard Piqué lo aseguró y luego se desdijo matizando que dio su opinión- y luego que se manifestara. «Cuanto antes se pronuncie, mejor», dijero Luis Suárez y el capitán Andrés Iniesta antes del último partido frente al Madrid.

Sucedió el jueves, cuando el club, cansado también de que el serial Neymar eclipsara los actos del Barça en Estados Unidos y erosionara su imagen, condenado a esperar a la voluntad del futbolista, pidió una respuesta inmediata. No la ha recibido. Oficialmente proclama que no tiene contactos con el PSG, y la entidad francesa guarda las formas mientras reúne los 222 millones (más los impuestos) que debería entregar Neymar para liberarse del contrato que firmó en octubre y marcharse al PSG.

«Neymar es un jugador del Barcelona y ya veremos qué pasa con él», dijo el sábado Nasser Al-Khelaifi, en uns declaraciones difundidas ayer. «Respetamos todos los contratos firmados con otros clubs y jugadores», añadio, en una declaración muy cuidada para mantener las apariencias. Al-Khelaifi añadió que ya hablará en su momento.

MEDIDA DE PRESIÓN

También dirá la suya el Barça cuando ocurra lo que tanto teme y pierda a uno de los componentes del tridente. Neymar sigue sin pronunciarse. El padre, en cambio se ha enfadado por la treta del Barça de retener el pago de los 25 millones que debía percibir antes del 31 de julio como premio por haber renovado el contrato el pasado mes de octubre.

El Barça ha depositado el dinero en un documento notarial como medida de presión y de precaución por si ese dinero pactado para renovar por cuatro temporadas no habrá servido más que para una sola. El plazo del cobro expiró. La respuesta de Neymar debería ser inmediata, a no ser que no haya disipado las dudas que retrasan el desenlace.

Sí habló también Jürgen Klopp, el entrenador del Liverpool, uno de los posible afectados por la entrada en escena del Barça en el mercado enriquecido con 222 millones. «Si digo que Coutinho no está en venta, es que no está en venta. El no tiene otra interpretación», aseguró hace ya diez días. Antes que Al-Khelaifi. Klopp anda pendiente también de Neymar.