Mónaco no ha sido diferente a los demás grandes premios. Podía haberlo sido, pues en el país de los ricos los equipos pobres de la F-1 suelen tener más posibilidades de dar la sorpresa, pero nada se movió de su sitio. Los Mercedes siguen dominando escandalosamente y, desde que empezó el Mundial en Australia, han liderado todas las vueltas que se han dado en los seis primeros grandes premios de la temporada, ganándolos todos: cuatro a manos de Lewis Hamilton (Malasia, Baréin, China y Barcelona) y dos gracias a Nico Rosbger (Australia y Mónaco). Y no solo eso. Ayer protagonizaron el quinto doblete del año: Malasia, Baréin, China y Barcelona (Hamilton-Rosberg) y ahora Mónaco, a la inversa, es decir, con el alemán por delante del inglés.

Quienes afirman que en Montecarlo la victoria se juega el sábado en la quali volvieron a tener razón. La maniobra de Rosberg le sirvió para lograr la pole y aunque Hamilton prometió jugárselo todo en la salida para poder llegar delante de su compañero a la curva de San Devote, la verdad es que nada ocurrió. Rosberg aguantó, Hamilton se fue con él, el australiano Daniel Ricciardo (Red Bull) hizo una gran salida (mejor la hizo Kimi Raikkonen, pero acabó dañado por un doblado cuando apareció el segundo coche de seguridad) y Fernando Alonso, al que le falló el motor eléctrico en la arrancada, fue encerrado por Kimi y Sebastian Vettel y tuvo que conformarse con la quinta plaza al llegar la primera curva que, tras los problemas de Iceman, le permitieron ser cuarto en carrera y mantener la tercera plaza del Mundial de pilotos.

Mónaco, como contó Alonso, no da para más. ñSon carreras en fila, carreras en un trenecito, carreras de mucha tensión, en las que no puedes despistarse, estar atento a los guardarrailes, a los sustos y a la aparición de los coches de seguridad, pero no son carreras de coches, es casi un paseíllo que empieza a decidirse el sábado", relató el asturiano, que se felicitó por seguir cerca del podio y aventajar en 16 puntos a Vettel y en 44 a su compañero de equipo, el primer rival cuando no puedes ganar.

Delante, al margen de la extraordinaria carrera de Ricciardo, que de nuevo superó a Seb, que ni siquiera ha podido concluir el GP por problemas mecánicos (el tetracampeón parece haber heredado la mala suerte de su excompañero Mark Webber), solo hubo la carrera que quisieron en Mercedes.

Eso sí, con problemas. El primero a la hora de controlar la velocidad de los suyos y las quejas de sus pilotos. Hamilton, que sufrió problemas de visión en el ojo izquierdo, se molestó por que deberían haberle metido antes en el boxe, pero los jefes del muro decidieron que entraran juntos aprovechando el segundo coche de seguridad tras el accidente de Sutil.