Víctor Muñoz va a poner sobre el campo al mejor once posible, lo que descarta cualquier especulación sobre la posibilidad de que el entrenador, con la mirada muy centrada en el drama que vive su equipo en la Liga, vaya a a renunciar a la Copa, el torneo más querido en el club. Existe el temor de que el esfuerzo al que le someterá esta noche el Bar§a (21.00, horas) pueda pasar el próximo domingo una cara factura al Zaragoza en Murcia, pero el técnico sabe que el conjunto aragonés no está para despreciar alegrías. Y hoy podría recibir una considerable inyección anímica si deja en la cuneta al equipo azulgrana, al que derrotó por 1-0 en la ida con gol de penalti de David Villa. La ventaja adquirida en el Camp Nou, la irregular respuesta de un rival errático y la necesidad de un resultado favorable son suficientes factores para considerar este partido como una cita de altura, un trampolín moral de enorme valor. Por otro lado, se produciría un motín en el estadio a la mínima que la hinchada, hasta el moño de bostezar y desesperarse, percibiera algún tipo de sospechosa relajación.

RECUPERAR LA FE El encuentro también tiene un gran interés deportivo para un grupo de futbolistas huérfanos de triunfos, de fútbol, de casi todo... La derrota frente al Mallorca los dejó, un vez más, heridos de credibilidad, y necesitan recuperar al menos una porción de fe en sí mismos. La semana ha sido muy movida. La solicitud de Víctor de refuerzos en todas las líneas nada más finalizar el funeral del pasado fin de semana en La Romareda, fue una sencilla y directa declaración de intenciones de un hombre sincero que trabaja a destajo con lo que tiene en sus manos, pero que pide a gritos --sin estridencias-- que le mejoren el material.

Desde la destitución de Flores, el cambio se ha notado en la complicidad, la profesionalidad y los conocimientos de un técnico preparado para la batalla física y académica. Ensayos donde no tiene cabida la depresión, sesión de vídeo para corregir errores individuales y de grupo, analíticas para conocer el estado físico puntual de la plantilla, fruta en la mesa tras los entrenamientos... Sin embargo, los chicos son los mismos que se metieron en líos antes de que Víctor fuera elegido como tutor, y con ellos habrá que afrontar este partido que promete, a falta de otro tipo de ofertas más atractivas, la pasión intrínsica del torneo en su fase terminal.

SIN CONFIANZA El Bar§a, sin haber salido del túnel pese a su victoria en Sevilla, tampoco se va a tomar el encuentro a la ligera. Se la han escapado todos los trenes salvo el de la Copa, y lo quiere coger hoy. El gol de Villa pesa como una losa para los catalanes en la eliminatoria, pero el Real Zaragoza no puede permitirse un solo resquicio para la confianza contra un enemigo que, aun en la peor de sus versiones posible, dispone de un arsenal más amplio que el de los aragoneses. La superación del permanente estado de ansiedad con el balón se antoja como una de las claves de un choque tramposo que invita a guardar la renta y jugar al contragolpe. Defenderse en exceso podría ser un error; no hacerlo, quizás un suicidio... La incógnita se irá desvelando con el paso de los minutos, mucho más rápido, sin duda, si el Real Zaragoza logra adelantarse en el marcador.

La lista de los deberes tiene una prioridad: quitarse de la cabeza el encuentro de La Condomina, olvidar la Liga por una noche y soñar sin ataduras. Ya habrá tiempo de regresar a la cruda realidad. La Copa, en estos momentos, es un dulce veneno, pero el Real Zaragoza debe apurar hasta la última gota. Precisamente para ir a Murcia con alegría, tanto como ayer por la tarde lo estaba Fernando Soriano cuando sus compañeros le recibieron con aplausos por haber debutado como padre de una niña que se llamará Alba, un nombre que ojalá sea premonitorio de un nuevo futuro.