El futuro de Íñigo Eguaras está ligado al Real Zaragoza. Así lo entiende el propio futbolista, que ayer dejó claro que, una vez certificada la permanencia matemática, se reunirá en breve con el club para abordar la ampliación de un contrato que expira el 30 de junio del 2020. «No creo que haya muchos problemas para renovar», subrayó el navarro, que emplazó cualquier conversación con la entidad a que se lograra la salvación definitiva.

«Yo estoy muy contento aquí y me encuentro tranquilo. Vamos a empezar a hablar, pero no creo que haya problemas. Veremos qué pasa», incidió el mediocentro, indiscutible para Víctor Fernández hasta los dos últimos encuentros, en los que ha sido relegado a la suplencia debido al buen rendimiento en su puesto de Javi Ros.

En ese sentido, Eguaras defiende a ultranza la continuidad del técnico aragonés en el banquillo zaragocista la próxima temporada. Para él, el técnico «nos ha ayudado mucho y, a nivel personal, me ha aportado muchísimo» y añadió que «es un entrenador que siempre lo ha dado todo por el club y que ha hecho que la gente haya vuelto a enchufarse y le estamos muy agradecidos». Por ello, sentenció que «sería muy bueno para el zaragocismo que siguiera».

Así que el futuro de Eguaras y el de Víctor podrían seguir unidos, aunque ambas cuestiones quedan a la espera del desenlance de negociaciones que, en estos momentos, todavía no están encaminadas. Será ahora, ya con la permanencia asegurada, cuando la actividad en los despachos se acelere. De momento, la dirección deportiva concede absoluta prioridad a las conversaciones con Víctor. De hecho, para las próximas horas está prevista una reunión con el técnico en la que participarán, por parte del club, Lalo Arantegui, director deportivo, el director general Luis Carlos Cuartero y varios consejeros. Aunque la continuidad de Eguaras también adquiere carácter preferente. La Sociedad Anónima Deportiva ya realizó una primera oferta al centrocampista, que lo paralizó todo. El segundo intento llegará pronto.

Antes, el Zaragoza recibirá a un Numancia con el agua al cuello. Para Eguaras, a pesar de que el equipo aragonés ya ha logrado el objetivo de la salvación, la victoria debe quedarse en casa. «Estamos más tranquilos, pero quedan dos jornadas y el equipo quiere ganar con buenas sensaciones». Porque, además, todavía hay una importante deuda a saldar con la grada. «Intentaremos ganar este último partido en casa para brindar una última victoria ante el Numancia a la afición y después ante el Tenerife. Queremos acabar con dos triunfos, saldremos a ganar como profesionales, y después nos prepararemos para la temporada que viene», resaltó el medio, de 26 años.

TODO MAL

El balance, en todo caso, no puede ser bueno. Ni en el plano colectivo ni en el personal. La temporada, en fin, ha sido un fiasco. «Después de quedar en la tercera posición el curso pasado no se han cumplido las altas expectativas que el club tenía establecidas y cada uno de nosotros tenemos que hacer autocrítica, de manera individual, porque teníamos que haber dado un plus todos nosotros y no lo hemos hecho», declaró.

En el plano individual, todo empezó mal con aquella pubalgia originada a finales de la pasada temporada y que le obligó a perderse la pretemporada y el inicio de la competición. No pasó por el quirófano -algo que sí hizo su compañero de equipo Guti-, pero el dolor, las recaídas y los parones han provocado que la versión ofrecida durante la temporada haya estado muy lejos de la mejor. En total, ha disputado 27 partidos de los que en 25 ha sido titular. «La verdad es que he sufrido muchos contratiempos entre lesiones y parones. Ha sido una temporada difícil, pero he aprendido que tengo todavía mucho que mejorar y ya es momento de pensar en la campaña que viene».

Así que el futuro es ahora. El Zaragoza afronta las dos últimas jornadas del campeonato con la intención de acabar con la cabeza alta y dirigir la mirada a una próxima campaña. «Ha sido una campaña larga y difícil, pero tenemos que centrar nuestros esfuerzos en pensar que el próximo va ser el año», indicó el mediocentro navarro.