­­—¿Qué se encontró cuando llegó al equipo?

—Una vez que surgió la opción de venir vi vídeos porque no sabes cómo son los sentimientos, sabes cómo son los jugadores en el juego. Vi un equipo con talento y calidad, un equipo que mete 80 puntos todos los partidos, y eso me dio tranquilidad porque como digo siempre el talento no lo puedes comprar y teniéndolo es más fácil trabajar. Yo he vivido la situación contraria, después de tantas derrotas seguidas el grupo está desanimado, con la cabeza pensando el porqué de esas derrotas y buscando soluciones.

—¿Qué cambió?

—Lo que intentamos fue crecer desde la defensa, dar unas normas claras, para a partir de ahí poder crear situaciones claras en ataque. El equipo creyó en esa filosofía de defender y acabó con 59 puntos en contra, que creo que es la segunda puntuación más baja de esta temporada en la ACB. El equipo tuvo actividad, tuvo deseo y actitud continua para defender, que era la clave.

—¿En estos casos, es más importante la labor táctica o la psicológica?

—Para empezar, es muy importante la labor psicológica. La cabeza es muy importante en el deporte profesional. Sin una buena mentalidad es difícil competir. Primero quitamos un peso total al partido, no quise calificarlo ni de final, ni de match ball ni nada, e intentamos que los jugadores no se sintieran tan presionados como estaban por la situación del equipo. Creo que también descansaron un poco de no tener esa presión, de que yo venía fresco. Después trabajamos sobre todo el tema defensivo.

—El equipo pareció más liberado, incluso más alegre.

—Era un poco el mensaje, incluso en algún cartel que les escribí en el vestuario puse que nos teníamos que divertir defendiendo. Parece mentira porque la defensa es normalmente el sacrificio, pero creo que teníamos que sentirnos a gusto en la defensa, disfrutar con algo que nos apasiona a todos. No es incompatible estar alegre con trabajar al 100%. Y yo vi un equipo alegre, que los jugadores celebraban las canastas y las defensas muchísimo. Eso nos transmitió esa energía para superar ese mal momento. Que aún no hemos superado del todo porque todavía estamos a dos victorias de ese puesto que da el descenso.

—Ahora podrá trabajar más tranquilo.

—Ganando es más fácil trabajar siempre y el que diga lo contrario miente porque cuando pierdes es más difícil recuperar las cabezas. Pero también es importante no creer que hemos hecho nada, hemos conseguido ganar un partido muy importante y recuperar el average que supone sacar tres victorias a Obradoiro. Esta semana les he propuesto un nuevo reto. No ser un equipo competitivo, porque creo que el equipo lo ha sido prácticamente toda la temporada, sino que gane fuera. Hay que ir a ganar fuera. Porque si no solo con los de casa, si pierdes contra los grandes, acabas al límite del descenso.

—Con la temporada empezada, ¿cuánto puede cambiar un entrenador a un equipo?

—Lo más importante creo que es implantar una filosofía. No he venido a cambiar todo el tema táctico porque además creo que el equipo estaba bien trabajado por Andreu. Lo que he hecho es intentar cambiar detalles, utilizando cosas que él tenía, e intentar implantar una filosofía, que es la mía. Mi filosofía es una buena defensa que permita transiciones y dar libertad en ataque y creo que, además, le viene muy bien a estos jugadores porque no tenemos una plantilla muy física pero sí talentosa.

—¿Qué significa dar libertad en ataque?

—Creo que hicimos menos tiros malos que en partidos anteriores. Incluso con Steve, que hablo mucho con él de esos tiros, hizo un tiro malo en todo el partido. Es una libertad con reglas, los jugadores saben cuándo toman una buena o una mala decisión. Los jugadores saben que aunque tengan libertad no pueden tomar una mala decisión o hacer cosas que no saben hacer. Además tenemos sistemas, tenemos 30 o 40 sistemas, pero el jugador puede elegir la mejor opción en cada momento.

—¿Por qué el equipo mejoró el porcentaje de tres?

—Sin tener ningún sistema para tirar de tres tiramos más veces que nunca, 29, con un 38%. Esa posibilidad de buscar la mejor opción y de dar más libertad dificulta también la labor de scouting del rival, que no sabía lo que íbamos a hacer en cada momento.

—¿Cómo se reparte el protagonismo entre jugadores de talento?

—Siempre intentamos buscar la ventaja. Frente al Obradoiro la buscamos con Benzing en el poste bajo porque su tres era pequeño, con el cuatro porque era donde teníamos la ventaja. Los jugadores lo saben. Mucha gente me ha dicho que buscamos menos a Henk, puede ser porque era el partido que tenía menos ventaja al tener enfrente a Pustovyi, un pívot de 2,20. Los jugadores y Henk sabían que no tenía tanta ventaja y debía vivir un poco de lo que le generaran los demás. Se trata de crear un equipo en el que no haya egoísmos, que haya solidaridad, buscar al compañero mejor posicionado. Esa es mi filosofía, no hacer malos tiros y que todos los jugadores sean importantes.

—¿Tiene pensado cambiar algún rol dentro del equipo? El sábado tuvo más protagonismo Benzing, por ejemplo.

—Es un jugador con mucho talento que ya tenía su protagonismo y con las lesiones de Tomás y de Gets quizá se acentuó. Pero incluso Filip, que el otro día no jugó, espero que entre en la rotación de los próximos partidos porque cuento con él. El primer día hice una rotación más corta, más controlada, porque vi que podíamos recuperar el average. Eran dos partidos en uno. Pero creo que puede entrar, igual que Jonathan nos puede dar una rotación en ese puesto de alero alto y Miki está preparado para ayudarnos en una labor que, tiene que tener claro, es sobre todo defensiva.

—Es decir, cuenta con todos.

—Sí, cuento con todos, desde que llegué tengo claro que es un buen equipo. Lo importante es que estuvieran sanos, que gracias a los servicios médicos y fisios pudimos recuperar a los lesionados. Pero estando todos creo que tenemos una rotación para competir contra cualquiera en la Liga.

—¿Cómo están Bellas y Gecevicius?

—Siguen tocados, van entrando poco a poco, hoy -por ayer- han entrenado sin contacto. Hicieron un esfuerzo muy grande. Ahora espero que podamos hacer al menos un par de entrenamientos antes del partido del sábado.

—Dice que no necesita más jugadores. ¿No considera que la plantilla está desequilibrada como dijo Casadevall?

—La plantilla perfecta es difícil que exista. Si yo pudiera tendría un cinco atlético, podríamos tener muchos jugadores. Pero creo que la plantilla es suficiente y, de hecho, durante la primera parte de la temporada ha sido un equipo que ha competido con todos. Hay equipo suficiente para cumplir el objetivo, primero, de salvar la categoría y, luego, llegar lo más arriba posible. El playoff este año es casi imposible, pero sí podemos intentar acercarnos a ese objetivo.

—¿Ahora cuál es el objetivo?

—Primero conseguir la permanencia, que todavía no está. La Liga es muy difícil y todavía nos quedan Madrid y Barcelona. Así que lo primero es la salvación y lo siguiente crecer como equipo y estar lo más arriba posible también para generar una ilusión, una filosofía, una identificación con la gente para iniciar un proyecto y que podamos llevar otra vez al Basket Zaragoza a luchar por el playoff.

—Equipo y público se divirtieron.

—Hubo una conexión entre el pú- blico y el equipo porque vieron que los jugadores hacían un esfuerzo extra en cada acción por defender, por dar un pase más, por intentar no ser egoístas y creo que eso lo valoró el público. El equipo es el que tiene que involucrar a la afición con su deseo, con sus ganas, y es lo que hizo el otro día y lo que tenemos que transmitir cada partido. Les he puesto los recortes de los periódicos locales en los que se habla de ilusión, solidaridad, que es lo que hemos transmitido. Lo que queríamos hacer, la gente lo ha captado. Eso se lo dije el lunes nada más llegar. Ahora tenemos que seguir por ese camino.

—Usted ya conocía a Sergi pero, ¿le ha sorprendido en algo?

—Hace año y medio que no trabajaba con él. Ahora es más maduro, toma mejores decisiones, se equivoca menos veces. Y las equivocaciones son por la juventud. Está cogiendo experiencia y es más constante, más estable, porque el talento ya lo tenía.

—¿Y Jelovac?

—Estoy muy muy contento con él, está haciendo un gran esfuerzo por entrar en esa filosofía de un pase más, de no ser egoísta, el jugador que mejor posicionado es el que tira, está haciendo un esfuerzo defensivo. Cometerá errores, pero va a todas, quiere hacerlo. Le vi una actitud buenísima. El otro día solo le vi hacer un tiro malo en el partido y se lo he dicho a él, que me parece muy bueno. Creo que es uno de los jugadores con más talento que he entrenado y hay que aprovecharlo y meterle en esa filosofía de equipo. Estoy muy contento con su trabajo y con su actitud.

—Tiene que convencerles de que no todos van a meter 20 puntos.

—En mi equipo no vamos a jugar para que nadie meta 20 puntos. Vamos a jugar para el jugador mejor posicionado, el que más ventaja tenga, el que más enchufado esté. Que un día será Steve, otro Robin, otro Henk, Sergi… Tenemos jugadores suficientes para no jugar solo para uno.

—¿Qué club se ha encontrado?

—Un club súper profesional, muy bien organizado, dirigido por empresarios, que esto se nota. Es gente que sabe de esto. Todo está organizado, todo el mundo tiene sus funciones y no te falta de nada. Se puede trabajar perfecto.

—¿Cómo se lleva con Guardia?

—No fue jugador mío, pero hemos estado en el mismo club. Me parece que el director deportivo es una figura importantísima en mi trabajo, en la que me apoyo al 100%, en todas las necesidades del día a día. Si algo es importante hoy es hacer bien el equipo y para eso hace falta una conexión total entre el director deportivo y el entrenador porque es importantísimo compartir filosofía. Como yo digo una temporada se cimenta al 80% en lo que pasa en verano.