Todas las circunstancias se dan hasta ahora para que Francia consiga ser campeón del mundo de balonmano por sexta vez en su historia (17.30 horas). La selección gala juega en casa, tiene el público de su lado, ha dominado todo el torneo y, además, Noruega es la primera vez que llega a una final internacional.

Sin embargo, el descaro de la selección escandinava y su frescura y valentía sobre la pista no se lo pondrá fácil a Francia, aunque en la primera fase del campeonato fuera el equipo anfitrión el que ganase el choque.

En su contra jugará el hecho de que Noruega cuenta con un banquillo muy reducido y que sus estrellas, en particular el jovencísimo Sander Sagosen, máximo goleador de los que quedan en el campeonato, acumula demasiados minutos en pista. Además, los noruegos han tenido un día menos de descanso, por lo que el factor físico podría pasarles factura.