Obtuvo tal mayoría en la creación de la Asamblea General que propició el abandono de su oponente, Bernat Clarella, candidato afín a Joan Garrigós, presidente de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME), los últimos 28 años.

Había ganas de cambio. Contábamos con un programa sólido, un equipo de gente joven, con ganas, experiencia, multidisciplinar y que integra de la etapa anterior. Teníamos todos los mimbres.

Su programa contiene 280 acciones y 30 propuestas sintetizadas en un concepto: equipo.

Es que desde un principio tuvimos claro que o íbamos en equipo o no íbamos a ningún sitio, queríamos ser un proyecto muy participativo. Hablamos con todos los estamentos de la federación: jueces, árbitros, técnicos, entrenadores, deportistas… Hicimos un análisis sobre qué se había hecho bien, qué aspectos se deberían mejorar, qué propuestas tenían… Se hizo un trabajo integrador. Fue prioritario tener un contacto estrecho con presidentes de las autonómicas y esa seguramente ha sido la clave de haber ganado. Parece complicado, pero antes de las votaciones, ya había federaciones que se habían comprometido con el proyecto y eso le ha dado una fuerza tremenda.

Siendo aragonés y viviendo en Jaca, sin embargo, no lograron ese compromiso unánime en Aragón.

Luis Masgrau, presidente saliente, dijo que quería ser neutral y dio un paso al lado. Eso supuso que en Aragón hubiera dos bloques. Uno que apoyaba a la otra candidatura y otro, a la nuestra. Solo analizando quiénes estaban en cada una se veía que eran diferentes a nivel de objetivos y propuestas. En Aragón se ha reflejado muy bien el proceso electoral a nivel nacional. Ganamos con los deportistas, con Manu Córdoba o Paola Cabistany, alpinistas jóvenes, y con el apoyo del club Montañeras Adebán.

¿Ya ha hablado con Javier Franco, su nuevo homólogo en la FAM?

El presidente de la Federación Aragonesa y yo nos tenemos que sentar e ir de la mano, eso está más claro que el agua. Porque la FAM, primero, es mi federación, soy federado por Montañeras Adebán, soy aragonés y vivo en Jaca. Si no fuéramos de la mano sería de personas poco inteligentes. Todavía no hemos podido sentarnos con tranquilidad y ver en qué vías comunes podemos ir avanzando.

Otro aragonés, José María Nasarre, será uno de sus cuatro vicepresidentes en Proyección Social.

Por eso nos dolió más no contar con el apoyo expreso de nuestra federación, cuando teníamos el apoyo pleno de otras. Porque José María Nasarre ha sido miembro de la Junta Directiva de la FAM durante veinte años, es una persona totalmente arraigada. Será el vicepresidente de Proyección Social, área que dará toda la visibilidad al vínculo con el medio ambiente, la inclusión, seguridad, salud, senderos… y que lidera dentro de la FEDME desde hace muchos años, siendo creador del Consejo Asesor Científico de las Montañas y era el responsable del Área Accesos y Naturaleza. Aporta una experiencia tremenda.

Se quiere cambiar la sede de Barcelona a Madrid y situar una oficina en Jaca, donde usted reside.

Los Estatutos permiten tener una sede oficial y las oficinas técnicas que sean necesarias. La idea es crear una en Jaca que proporcione esa base administrativa que necesito como presidente para no tener que trasladarme fuera.

Entre las propuestas está crear un Comité Interterritorial. ¿Cuál sería su función?

Va en esa línea del trabajo en equipo, en red. En los estatutos no se recoge esta figura, aunque sí se realizaba una reunión de presidentes. Ahora queremos que los acuerdos que se hagan en esta comisión sean vinculantes.

Otro objetivo es potenciar la Escuela de Alta Montaña. ¿Cómo?

Queremos que, de verdad, sea el referente de todas las Escuelas Autonómicas, que lidere y homogeinice la formación de todas ellas y que sea la referencia de otro tipo de formación que se está demandando y no se está dando como, por ejemplo, cursos de prevención de riesgos para salas de rocódromo o de organización y seguridad en eventos deportivos.

La FEDME es la quinta federación en licencias, pero está lejos de ser la quinta que más ayudas recibe del CSD, aunque se va a convertir en la única con presencia olímpica en verano e invierno.

Contamos con unas 250.000 licencias, muy cerca a las anteriores; caza y golf. Las primeras son fútbol y baloncesto. Pero somos la primera donde la tarjeta federativa es voluntaria y el porcentaje de los que compiten con los que no es muy inferior. Es decir, somos los primeros deportistas que nos estamos federando por un sentimiento de pertenencia a un colectivo y porque se cubre con un seguro. Como primera federación de verdad en el medio natural creo que nos deben de apoyar porque además nuestras modalidades generan salud, son practicadas por una amplia parte de la población. Se habla de que hay más de cuatro millones de senderistas y de que con la pandemia aún se está saliendo más. Nosotros hacemos una labor más allá de la competición, estamos promoviendo hábitos saludables, defendiendo el medio ambiente y la seguridad. Eso tiene que ser valorado no solo por el Consejo Superior de Deportes, que debe mirar la competición, tiene que ser valorado por otros ministerios. La labor de prevención que realizamos debe ser escuchada por el Ministerio del Interior, por Medio Ambiente, por Educación…. Muy pocas federaciones son tan transversales.

Otro mensaje de ruptura en su campaña abordaba la necesidad de transparencia y la aparición del Defensor del Federado.

Es una figura que existe en alguna autonómica y será nueva dentro de la FEDME para generar un marco que vele por los intereses de los federados. Será José María Rivés, que fue Juez instructor en Jaca, montañero y conoce perfectamente nuestra problemática. Por el buen gobierno de esta federación se crea el Comité de Ética y Transparencia, bajo la dirección de José María Orús, que es de Barbastro y uno de los impulsores desde el Colegio de Abogados de Huesca de las jornadas de Derecho y Montaña.

La Ley del Deporte ordena la presencia de un técnico en las actividades deportivas, algo que suena a inviable con el volumen en montaña. Su apuesta reside en promover el voluntariado.

Viene muy unido a la visión de qué es esta federación. La regulación deportiva se dicta pensando en un modelo de grandes competiciones. Nosotros no tenemos muchos competidores, pero sí muchos senderistas, paseantes, que viven el medio natural y esa promoción creemos que debe realizarse de mano de voluntarios y no por técnicos deportivos. Consideramos que los clubs ya tienen una gran implantación social, que vertebra nuestras modalidades deportivas, y eso garantiza que esa presencia en el mundo natural se haga de forma respetuosa y segura. Cuando alguien se quiera tecnificar por supuesto debe acudir a la figura del técnico.