El Giro 2014 es un maldito festín de caídas, de desgracias, que no hacen otra cosa que alterar y enturbiar una carrera que ya ha perdido a una parte de sus favoritos, como Joaquim 'Purito' Rodríguez que se recupera en Andorra de la operación que ha sufrido en un dedo y de las heridas sufridas la semana pasada, que necesitarán más tiempo del esperado inicialmente para cicatrizar. Este martes, de nuevo, en Salsomaggiore, al norte de Italia, buena parte de los velocistas se han ido al suelo en una 'montonera' gigante, una más, con un diseño de etapas, en su parte final, que se convierten muchas veces en un infierno para los que quieren ir más rápidos de la cuenta.

El corredor francés Nacer Bouhanni se ha impuesto al esprint, con buena parte de sus oponentes sobre el asfalto. Ha logrado así la tercera victoria personal, mientras en su equipo, la Française des Jeux, no reina precisamente el buen ambiente, con amigos y enemigos hacia este nuevo velocista francés, rápido, corredor de los que burla el peligro con la cabeza agachada y sin importarle quien tiene delante y a ambos lados de su bicicleta.

La ronda italiana, mientras tanto, sigue liderada con firmeza por el veterano Cadel Evans, un Tour y un campeonato del mundo sobre sus espaldas, quien a los 37 años, por ahora, no ha demostrado fragilidad alguna en una prueba que verá el jueves la primera contrarreloj individual, con el australiano como favorito entre los candidatos a la 'maglia rosa' y que se dispone a vivir el próximo fin de semana la primera gran fiesta, auténtica si la nieve no lo impide, de verdadera y complicada montaña, con la meta de Oropa (allí donde casí perdió un Giro Miguel Induráin allá por 1993) y las ascensiones del domingo al Gavia y el Stelvio.