Cuando Fermín Cacho se proclamó campeón olímpico en los Juegos de Barcelona una calurosa tarde del mes de agosto del 92, Iván Manceñido todavía no había nacido. Ahora el atleta de Utebo tiene 22 años y admira al atleta de Ágreda. "Comencé a practicar atletismo gracias a la motivación por el triunfo del soriano y soñar con estar allí algún día. Para mí es el mejor deportista español de la historia. He visto los vídeos y me parece increíble. No se amilanaba y el cambio final que realizó es increíble", explica el corredor del Atletismo Utebo preparado por Néstor Justicia.

Cacho llegaba a punto a las citas más importante de la temporada. El soriano era un especialista de las carreras lentas y perras. Como lo es Manceñido. "Siempre he tenido el cambio de los metros finales y en las carreras lentas siempre me he movido bien". Así lo demostró hace dos fines de semana en los Campeonatos de España absolutos de atletismo donde terminó en un destacado séptimo puesto en el 1.500 lisos, una de las carreras reinas que ganó Alcalá a Mechaal. "Por suerte fue una carrera táctica. Se qué estoy muy fuerte y he entrenado muy bien por abajo. Eso me permitió dar el cambio de ritmo a falta de 200 metros. Pasé del duodécimo lugar al séptimo", recuerda el atleta zaragozano, que tiene en la distancia una modesta marca de 3.45.96.

Iván Manceñido forma parte de la nueva ola del mediofondo aragonés que encabezan otros dos jóvenes como Carlos Mayo y Cristina Espejo. Estos ya han logrado grandes triunfos en los últimos tiempos. Pero tanto Manceñido como César Larrosa y Noé Larroy se han destapado de manera definitiva este verano. Larrosa fue sexto del Nacional absoluto de Gijón en los 800 lisos y se quedó a 16 centésimas de la mínima para el Mundial de su categoría. Por su parte, Noé Larroy fue plata del Nacional juvenil en 1.500 y fue seleccionado para el Europeo de Georgia donde terminó en el undécimo.

Larrosa es un atleta largo y alto y tiene una zancada amplísima. El año pasado el atleta del Scorpio preparado por Alfredo García ya dio muestras de su clase con bronce en el Nacional júnior. Pero hace dos fines de semana sorprendió a todos en Gijón. "La clave son los últimos cien metros. Ahí puedes ganar o perder todo. Lo importante es ser capaz de pasar a ritmo alto el 600 lisos en un tiempo de 1.21 y terminar con fuerza la última recta. En el Nacional absoluto salí a cola de grupo y frenamos en el 400. En la última recta cambié a muerte e hice 13 segundos", afirma el zaragozano.

No acudir al Mundial de Polonia fue un revés para esta promesa del mediofondo nacional. "Trabajé para ir al Mundial, me quedé a 16 centésimas en Huelva y se me cayó el mundo encima. Pero mi temporada ha sido espectacular. Me he codeado con los mejores ochocentistas españoles. No he hecho la marca por las circunstancias. Sé que puedo estar ahí, estoy con los mejores absolutos y estoy para dar guerra", apunta Larrosa.

Gran progresión

Noé Larroy es el más pequeñito del trío. El pupilo de Jesús Romero que milita en el Zenit Twinner es especialista de 1.500, pero su futuro está en el fondo largo. "Vengo de la natación. Estuve desde los tres a los 15 años en el Helios. No mejoraba y decidí dejarlo. Empecé a correr y le cogí el gustillo", dice.

En tres años su progresión ha sido fantástica. Este año se llevó el bronce del 1.500 en el Nacional juvenil indoor y la plata al aire libre. Como remate fue finalista en el Europeo. "En Georgia esperaba menos nivel. Me metí por centésimas en la final. Fue una carrera muy lenta, íbamos todos en grupo y en los 200 metros finales me sacaron mucho mis rivales", reconoce.